Un ojo personal en cine, arte, literatura, revistas, sexo, moda, politica y cultura pop.
Wednesday, December 31, 2008
¿Happy New Year?
Detesto el año nuevo.
Trato de recordar lo mas importante del año y lo único que se me viene a la cabeza es ese horrible grafico económico que publicó hace poco mas de un mes “The New York Times”, una línea roja mirando al sur, cayendo en picada hasta hundirse en las oscuras profundidades de Diciembre.
Pero entonces pienso en Obama y mi ánimo mejora. Y mas feliz me pone la seguridad de que en el futuro no tendré que someterme a la tortura de escuchar la voz achatarrada del Presidente Bush en la televisión, ese constante rumeo de ideas sin sentido que tan lejos están de justificar los horrores que hemos vivido en los últimos ocho años.
Pienso en Sarah Palin y Tina Fey, en Hillary Clinton y sus “pantsuits”, en McCain y su traición a cualquiera que alguna vez pudiera haber pensado que era un hombre moderado e independiente.
Pienso en Brad y Angelina, en su castillo en Francia, en sus nuevos mellizos y de ahí, casi sin quererlo, pienso en Jennifer Aniston y su desnudo en “GQ”. Esa portada me pareció en un error, pero después de los millones que a pesar de las pésimas criticas ha ganado su nueva película, “Marley & Me”, pienso que el errado era yo.
¿Qué se yo de estas cosas? Poco y nada.
Anoche vi “Kennedy Center Honors”, un tributo que el Kennedy Center de Washington hace todos los años a personalidades de la cultura y el espectáculo.
Barbra Streisand fue una de las homenajeadas.
Ahí estaba, una señora envejecida, algo frágil, con el perfecto pelo liso y rubio y las uñas inmaculadas, observando algo incómoda desde un balcón como estrellas casi cuarenta años mas jóvenes que ella repetían sus canciones.
El show incluyó un montaje de clips y fotografías de su carrera, y, como siempre ocurre con esos montajes, sentí que me llenaba de nostalgia.
¿Qué pasó con Barbra? ¿Qué paso con esa cara divertida y desafiante? ¿Dónde esta esa voz? ¿Esa energía?
Glenn Close, una de las presentadoras, sonrió desde el escenario hacia donde estaba la Streisand y dijo, optimista, que se sentía “segura de que lo mejor de Barbra estaba todavía por venir”.
Sorry, pero tengo mis dudas.
Nada me pone mas triste que el paso del tiempo, ese ladrón sin corazón.
Hace muchos años, cuando todavía estaba en la universidad y viviendo con mis padres, fui a despedirme, como todas las mañanas, de mi tía bisabuela que vivía con nosotros.
La encontré con la cabeza hundida en la almohada, llorando.
¿Qué pasó?- le pregunté.
“Me quiero morir”, me dijo, “He vivido demasiado. 83 años son mucho tiempo, estoy tan cansada”.
Al lado de su cama había una foto que la mostraba, vestida de arlequín, celebrando la Fiesta de la Primavera de 1926.
Todos los años nuevos pienso en ella.
He tenido años nuevos felices, como ese que pasé con un novio sexy y desalmado al lado de la chimenea, champagne en mano, en un departamento subterráneo en la calle 86.
El año nuevo de 1990 lo pasé en Paris; y esperé la llegada de 1999 al borde del Gran Canal en Venecia, debajo de una lluvia de fuegos artificiales.
El año nuevo del 2000 me preparé para las tragedias del Y2K en un departamento prestado en la calle 57, solo, fumando un cigarrillo detrás de otro, pensando en un futuro que a todas luces se veía incierto y pesimista y que, sin embargo, resultó ser maravilloso.
Esta noche Mr. D y yo nos vamos a la casa de unos amigos en Ossining, un suburbio a una hora al norte de Nueva York. Las noticias anunciaron cerca de diez grados bajo cero y un millón de valientes esperando el tres, dos, uno, ¡!!”Happy New Year!! en Times Square.
Es como pasar el año nuevo encerrado en el freezer.
No sabia qué foto poner con este post, hasta que, revisando el sitio de “Vanity Fair”, me encontré con esta de Carla Bruni tomada hace unos meses en Francia por Annie Leibovitz.
Si alguien puede despertar cierta esperanza para el 2009, es Carla; una mujer que a los 41 años, cuando ya parecía que era imposible encontrar mas aventuras por vivir, dio vuelta la página y se encontró, para sorpresa de todos, sobre los techos de Paris.
Happy New Year.
Sunday, December 28, 2008
The Gentleman & The Pope
“Medio en Silencio” pide perdón a sus lectores por la demora, pero las fiestas de fin año, los insuperables “sales” en Barneys y J.Crew, y la tensión bélica entre India y Pakistán han mantenido nuestra atención desviada por unos días.
Pero aquí estamos, de vuelta.
Antes de referirnos a la estrella de este post, Bill Blass, debemos dedicar un párrafo al Santo Padre, Benedicto Ratiznger, líder espiritual del mundo católico y gran benefactor de los zapatos Prada que, con la siempre oportuna ayuda de su secretario personal, también conocido como el “George Clooney” de El Vaticano, decidió celebrar la Navidad dando un mensaje de amor, reconciliación y hermandad.
Vamos al grano.
El Papa ama la humanidad, dijo, siempre y cuando se trate de la humanidad heterosexual. A los gays hay que enfrentarlos como una amenaza, algo similar a la destrucción de la Rainforest, aseguró.
A los ojos del Santo Padre, yo, como hombre gay, ( y quizás a usted) estoy por sobre terroristas y narcotraficantes, la mafia, los truhanes de Wall Street, la pobreza, el Sida y los neonazis como la amenaza mas urgente que enfrenta el planeta.
Who knew?
Eso, sumado a dos noticias que leí esta semana- la primera sobre una lesbiana que fue violada insistentemente por cuatro tipos que gritaban consignas anti-gay durante el ataque, y la segunda, en el New York Times de ayer, sobre grupos musulmanes en Sarajevo que gritan “!!Maten a los gays!!” por las calles de la ciudad, pusieron mi ánimo en un estado algo depresivo.
Y entonces me enteré que Bill Blass, la mas americana de las marcas, cerraba definitivamente sus puertas.
Oh, God.
Una cosa no puede compararse con la otra, dirá usted. Y tiene toda la razón.
El cierre de Bill Blass merece muchas mas lágrimas que los gritos histéricos de algún fanático religioso como Mr. Ratzinger o el grupo Mahoma & The Killers.’
A diferencia de ellos, Blass fue un verdadero caballero que dejó como herencia no un reguero de intolerancia, sangre y odio, sino de belleza y gentileza envuelta en chiffón y seda.
A principios de los noventa entrevisté a Blass en su oficina de la Séptima Avenida.
Un día tomé el teléfono, busqué su número, lo llamé, él contestó el llamado y me citó esa misma tarde a las cuatro.
Hoy día, cuando ningún entrevistado abre la boca si no tiene un nuevo producto para promocionar, y cuando para llegar a cualquier personaje es necesario cruzar una montaña de emails y un ejército de relacionadores públicos, un encuentro como este seria imposible.
Pero Blass era, en el mejor de los sentidos, un caballero a la antigua.
Su oficina no era tan amplia como la de Oscar de la Renta y ni tan perfectamente decorada como la de Carolina Herrera. Había fotos, bocetos, trozos de tela y papeles por todas partes, y perdidos entre todos ellos uno o dos ceniceros que ocupaba para apagar el tren de puros que consumía todo el día.
No recuerdo nuestra conversación en forma exacta, pero sí recuerdo sus ojos intensamente azules y el tono de “man about town” –una onza de Martíni, dos cucharadas de buenos modales, una de humor y un cascarita de ‘gossip’- que usaba para hablar.
Le pregunté cómo había sido ser diseñador de modas en una época en que la profesión estaba apenas un peldaño mas arriba de la de cocinero o chofer, y él, sonriendo, dijo que nunca hablaba de su trabajo en fiestas o comidas, ni antes ni ahora.
A Blass le gustaban los misterios.
Me dijo que había comenzado a diseñar desde muy joven, cuando apenas se empinaba a la adolescencia en Fort Wayne, Indiana, donde creció. “No había nada mas que hacer”, aseguró, “y el aburrimiento es una estupendo estímulo para la creatividad”.
En su autobiografía, publicada poco después de su muerte el 2002, cuanta cómo, inspirado en las peliculas de Hollywood y las revistas de moda, pasaba las tardes de su niñez dibujando a elegantes mujeres en Park Avenue y atractivos hombres en smoking en el Metropolitan Club.
Apenas un par de décadas después, el mismo se convirtió en una de las principales figuras del set que había imaginado, viviendo bajo las intensas luces de Manhattan, rodeado de gente hermosa, famosa o influyente, bailando un día con Brooke Astor y al siguiente con Nan Kempner, compartiendo un scotch con Henry Kissinger y una tarde de velero con William F. Buckley y su mujer, Pat, en la bahía de Westport.
Su vida pareció siempre una canción de Nöel Coward
Aunque ganó una fortuna, aunque su nombre apareció estampado en paraguas, toallas, calcetines, lentes de sol y hasta automóviles, Blass jamás hablaba de dinero. Dejaba, en cambio, que sus casas hablaran por si solas ¡Y como hablaban!
Su departamento en Manhattan y su casa en Darien, Connecticutt, fueron insistentemente publicadas como silenciosa prueba de que todos los sueños del adolescente de Indiana se habían hecho finalmente realidad.
En 1999 Blass vendió su empresa a una compañía que nunca supo manejarla y que la llevó, la semana pasada, a su cierre definitivo.
Una pena.
Pensé en Blass cuando leí las odiosas noticias de esta semana en el periódico.
Pensé que la próxima vez que el Papa o una turba enfurecida de radicales islámicos se le acerque a advertirle sobre los peligros que los gays presentan para la humanidad, usted debería sacar su chaqueta de Bill Blass del closet y, mientras admira la perfección de su corte, la suavidad de su tela y el hipnótico brillo de sus botones de metal, pensar en si este extraordinario objeto puede ser, realmente, tan peligroso.
Esa es la herencia otro hombre gay. Como el teatro de Wilde, la literatura de Capote, la musica de Bernstein, o, por supuesto, los cielos de la Capilla Sixtina.
¿Cual es la del Santo Padre?
Tuesday, December 9, 2008
WHAT A PARTY! (Art Basel Miami Beach)
Ahora, sentado frente a la ventana mirando los árboles sin hojas, el cielo blanco del invierno y sintiendo el frío colándose por las ventanas, no puedo imaginar por qué, mientras estaba de vacaciones en ese oasis verde y soleado que es Chile en Noviembre, sentía urgencia de volver a Nueva York.
Será la naturaleza humana, dirá usted.
Como sea, aquí estoy, de regreso en mi escritorio y listo para terminar otro año.
No puedo quejarme.
Entre Santiago y Brooklyn hice una corta parada en Miami para presenciar ese carnaval de ego y ambiciones mas conocido como Art Basel Miami Beach.
What a party!
Naomi Campbell, acompañada constantemente por un guardaespaldas de casi tres metros de alto, un anillo de esmeraldas con las dimensiones de una pelota de golf y su nuevo novio, un multimillonario ruso que responde al chejoviano nombre de Vladimir Doronin, fue la reina de esta versión.
Su “retrospectiva” presentada en la feria Art Photo Miami fue un éxito, si por éxito se entiende a 1,500 personas histéricas y ansiosas de ver a la modelo aunque fuera a la distancia.
Naomi, que no por nada sigue vigente a la dulce edad de 38 años, provocó comentarios en su hotel- The Setai- abrazándose, besándose y acariciándose al borde de la piscina con el ruso en cuestión en tal forma, que el resto de los pasajeros se quejó con el concierge.
Eso fue al menos lo que dijo “Page Six”.
Pero hasta aquí llegan los comidillos faranduleros, porque Art Basel Miami Beach se trata de arte,
¿No?
Porque Dios es grande, mi suerte infinita y tengo uno o dos amigos que trabajan en relaciones públicas, fui invitado a la fiesta que la revista de “estilo’ de The New York Times, “T”, organizó en el penthouse de The Raleigh hotel.
André Balazs, el dueño del hotel y ex de Uma Thurman estaba ahí, muy enfundado en un traje negro tan bien cortado que parecía armadura. También estaban Naomi, colgada del celular, y su ruso. Y Takashi Murakami que, oliendo a la distancia la posibilidad de un buen “photo-op”, apareció envuelto en una de sus esculturas “flowerball” en “plush” que dejaba sus brazos inútiles, obligando al resto de los invitados a darle, a través de una bombilla, tragos de champagne.
Murakami vende carteras como si fueran arte y arte como si fueran carteras, pero nunca muestra mas talento que cuando se trata de venderse a si mismo,
Eso nos lleva a Amanda Lepore, la transexual/ musa/ club diva favorita de David LaChapelle, que presentó en Miami su nueva “fragancia”, un perfume de edición limitada- 5,000 botellas- cada una adornada con 1,000 cristales de Swarovsky y con un precio “recession free” de $950.
Insisto. Volvamos al arte.
Pero antes de eso no puedo dejar de informar que Ivana Trump, que contrajo matrimonio en Abril pasado con el actor italiano Rossano Rubicondi, anunció su inminente divorcio.
Asi lo informó el “Art Newspaper”, que obtuvo la exclusiva mientras su reportero hacia cola en el bar durante la gala del Miami Art Museum.
Art Basel Miami Beach, por si no lo sabe, es la feria de arte mas importante de Estados Unidos y, por lo tanto, una de las mas importantes del mundo.
La muestra principal, que incluye 30 países, 200 galerías y mas de 2,000 artistas, es presentada desde hace siete años en el “Convention Center” de la ciudad, el mismo sitio que en ocasiones menos solemnes sirve para convenciones de dentistas o plomeros.
Es un gran show, que llega acompañado por al menos quince ferias alternativas repartidas por toda la ciudad. Si no camina con cuidado, lo mas probable es que tropiece sin quererlo con un gigantesco conejo de Jeff Koons.
Durante esa semana, todo el mundo en Miami tiene un aspecto chic e intelectual, como si no hubiera nadie en la ciudad que no haya estudiado arte en La Sorbonne, sea amigo de Julian (Schnabel, los apellidos no son necesarios) y se vista con Rag & Bone.
El efecto es embriagador y sutilmente sexy, como un paseo en la playa, de noche, con un artista “emergente” berlinés que responde al nombre de Hans.
Hans a secas.
Pregúntele a los veteranos de Art Basel y de respuesta obtendrá inevitablemente una queja. Le dirán que las cosas ya no son como antes, que el sitio está lleno de “party crashers” sin ningún interés en el arte, que los días en que uno podía sentarse tranquilamente, mojito en mano, a admirar las colecciones privadas de Ella Cisneros o Rosa de la Cruz ya no existen.
Esto parece un nightclub, dirán con la nariz arriscada.
Y entonces, después de llamar a algún mozo para que rellene el Mojito, se despedirán con dos besos y, con el acento lastimoso de los que tienen siempre llena la agenda, partirán a la rápida porque ya van atrasados a otra comida con Naomi y el ruso.
Fotos@Manuel Santelices
Wednesday, November 12, 2008
Wednesday, October 22, 2008
In a galaxy far, far away
Ayer, sentado en un taxi a las diez de la noche, rumbo a Brooklyn después de la fiesta de inauguración del Mobile Art Pavillion que Chanel instaló en medio del Central Park, saqué mi celular y llamé a Mr. D para avisarle que iba en camino.
Mr. D tenia mala voz.
“El mundo se está cayendo a pedazos”, me anunció.
“!Que pasó!”, le pregunté preocupado, tratando de mantener la cabeza firme y la conciencia limpia después de dos, tres, cuatro…copas de champagne.
“Estoy viendo las noticias…El mundo se cae a pedazos”, insistió mientras, como triste música de fondo, se escuchaban caer las tragedias a través de la televisión.
Durante tres horas, rodeado de un puñado de famosos- Sarah Jessica, Karl Lagerfeld, Kate Bosworth…-, admirando arte inspirado en una cartera acolchada Chanel, y con el magnifico edificio “transitorio” creado por Zaha Hadid como escenario, fue fácil olvidarse de los días que vivimos.
¡Ah, divina decadencia!
Nicolai Ouroussoff, de “The New York Times”, había publicado esa misma mañana una ácida y punzante critica al Mobile Art de Chanel.
Entre otras cosas dijo que el momento de la llegada de este carnaval de lujo, arte y comercio a Manhattan, cuando el país vive su peor crisis económica desde la Depresión del 29, no podría haber sido peor.
Dijo también que su ubicación era lamentable, teniendo en cuenta que este monumento al dinero y el exclusivismo estaba ahora instalado en Central Park, un parque que fue creado originalmente como símbolo de la Democracia y el espíritu comunitario.
Y dijo, finalmente, que el arte presentado no era mas que un pastiche de clichés tratando de parecer provocativo.
“Si hace un año esto habría parecido indulgente, ahora es simplemente de locos”, sentenció.
¿More champagne, anyone?
Aunque Ouroussoff algo de razón tiene- el “timing” de Chanel es trágicamente inoportuno-, sus palabras suenan excesivamente duras.
Duras e injustas.
Castigar a una marca porque acarrea arte contemporáneo y arquitectura de punta por seis importantes ciudades del mundo parece innecesario y, perdón Mr. Ouroussoff, también cliché.
Chanel podría haber guardado la fortuna que está gastando en su “pabellón” en los bolsillos de sus ejecutivos. O en la cartera de alguna modelo contratada para su nueva campaña. O, ¿por qué no?, en páginas de avisos en “The New York Times”.
En cambio lo ha dedicado a promover arte contemporáneo que, debatible como todo arte, es arte al fin y al cabo.
Arte gratis y abierto a todos los habitantes de la ciudad.
¿ Que en el camino está obteniendo enorme visibilidad? So what?
Esto no quiere decir que la gala de inauguración no haya tenido un “je ne sais quoi” Versallesco.
Zaha Hadid envuelta en pieles que harían aullar a un defensor de los animales, y Karl Lagerfeld cubierto en una armadura de camisa almidonada, chaqueta negra, lentes oscuros, broches de brillantes, guantes de cuero y cinturón de diamantes, fueron los reyes de esta corte.
Sarah Jessica Parker se paseó por entre los árboles en moño y tacos, dando saltitos, sonriendo a todo el mundo, seguida de cerca por un amenazante guardaespaldas.
Hubo ríos de champagne. Hubo océanos de langosta y atún. Hubo selvas de chocolate y frambuesas. Hubo mas belleza por pie cuadrado de la que seria posible encontrar en el “backstage” de un desfile en Milán.
No es raro que el Mobile Art Pavillion de Chanel tenga el aspecto de una nave espacial.
No es de este mundo, sino de otro donde no hay mercados en el piso, terroristas fundamentalistas ni continentes completos arrasados por la guerra y la hambruna.
No es un mundo real. Pero es un mundo ideal.
¿Y quién podría resistir la tentación de pasar ahí una noche junto a Carrie Bradshaw?
Fotos@ Manuel Santelices
Monday, October 20, 2008
POLITCELEBRITY
Como todo en Estados Unidos, aquí la política es una mezcla de deporte de acción y “red carpet” hollywoodense.
Este fin de semana, Sarah Palin apareció en Saturday Night Live junto a Alec Baldwin, Mark Whalberg y, por supuesto, Tina Fay- que ha llegado a las alturas celestiales del estrellato imitando a la candidata a vicepresidente-, mientras su contrincante Demócrata, Joe Biden, enfrenta la acusación mas dura y cruel que haya visto en sus casi 30 años de carrera política: que usa bótox.
Esto no es nuevo.
Hace mas de cuatro décadas, John y Jackie Kennedy borraron de un plumazo la frágil línea que divide la seriedad de la política y la frivolidad de la farándula llamando a su Casa Blanca “Camelot”, un nombre que no se refería al periodo histórico liderado por el Rey Arturo, sino al musical del mismo nombre protagonizado por Vanessa Redgrave y Richard Burton.
Agregue a eso romances clandestinos con Angie Dickinson, Kim Novak y Marilyn Monroe, un closet repleto de Halstons, y la cámara insistente del legendario paparazzi Ron Galella, y descubrirá un sendero que lo llevará de los Kennedy a los “tête a tête” de Bill Clinton y Monica Lewinsky en el Salón Oval, la celebridad global de Barack Obama y la constante cobertura de la elección presidencial 2008 en las pantallas de “Access Hollywood”.
Mientras George Clooney habla del genocidio en Darfur y Leonardo di Caprio trata de salvar los icebergs del Atlántico Norte que tan útiles han sido en su carrera, John McCain aparece todo risas y todo bromas en el “Late Show” de David Letterman.
En su critica de Saturday Night Live en “The New York Times”, Alessandra Stanley sugiere hoy que Sarah Palin tiene pasta de estrella y que, si el 1600 de Pennsylvania Avenue no aparece en su destino, podría tener un brillante futuro como conductora de su propio “talk show”.
Según las encuestas, si Oprah Winfrey se presentara de candidata a la presidencia, ganaría seguro.
Siempre he pensado que las estrellas de Hollywood harían un mejor gobierno que los políticos de Washington. Y viendo los índices de popularidad del Presidente y el Congreso por estos días, es fácil llegar a la conclusión de que la mayoría del país comparte mi opinión.
Lejos de frivolizar la política, creo que la llegada de Clooney, Susan Sarandon, Robert Redford, Ellen DeGeneres, Martin Sheen, Julia Roberts y hasta Dakota Fanning podría dar un renovado aire de respetabilidad al gobierno americano y, de paso, otorgarle un atractivo “look” que luciría impecable en la portada de “The Washington Post” fotografiada por Annie Leibowitz.
Solo queda imaginar las maravillas que podría hacer Martha Stewart con el “Rose Garden” de la Casa Blanca, y el entusiasmo que despertaría la “guerra global contra el terrorismo” si Clint Eastwood se hiciera cargo.
C’mon, Osama bin Laden. Make my day,
La captura del terrorista, dirigida por Michael Bay, arrasaria en ventas en su edicion DVD Platinum Widescreen HD.
La larga letanía de discursos aburridos en C-Span sería reemplazada rápidamente por “E! Politics”, un nuevo canal dedicado única y exclusivamente al quehacer gubernamental, con Chris Matthews, Bill O’Reilly, Kim Kardashian, las Pussycat Dolls, Michael Phelps y Karl Rove como panelistas estables.
Heidi Klum seria la anfitriona de “Project White House”, un ‘reality” donde 16 concursantes competirían por un puesto de asistente al Presidente Clooney,
Bill Clinton seria el jurado invitado.
Las cenas de Estado serian organizadas por Graydon Carter y “Vanity Fair”, con una gigantesca alfombra roja lanzada desde el Potomac a la mismísima puerta de la mansión presidencial.
Joan Rivers le preguntaría a Nancy Pelosi, Hillary Clinton, Angela Merkel y Carla Bruni quién diseñó el vestido que llevan puestos, y ellas, halagadas y coquetas, dirían que los zapatos son de Louboutin y las joyas un préstamo de Harry Winston.
Puedo ver a miles de fanáticos instalados a cada costado de la “red carpet”, cámaras y celulares listos para captar el paso de estas “politcelebrities”, mientras Ryan Seacrest y Christiane Amanpour comentan el acontecimiento desde la azotea de la “west wing”.
Si Sarah Palin y Barack Obama pueden inspirar a multitudes, solo queda imaginar el efecto del primer discurso de Angelina Jolie frente a millones de ciudadanos en el Mall de Washinton.
“I have a dream….”, diría.
A dream, indeed.
Saturday, October 11, 2008
The Way We Live
Probablemente no será una sorpresa, pero debo confesar que me encantan las revistas de decoración.
No las compro, pero las devoro cada vez que caen en mis manos.
Tanto palacete arruinado en Venecia o Sussex; tanto penthouse en Manhattan, feria de mueble en Milán, estancia en Argentina u hotel Boutique en Miami me despiertan el apetito voyerista.
Uno de mis paseos favoritos es de noche, por las calles de mi barrio, hurgando por las ventanas entreabiertas para descubrir como vive el resto.
Veo livings vacíos, bibliotecas, chandeliers de cristal, cocinas desordenadas y, de vez en cuando, veo gente haciendo lo suyo en absoluta intimidad, sin saber que allá afuera, en la calle, hay un intruso mirón observándolos.
Nueva York es una ciudad fantástica para jugar al “peeping Tom”. Los Angeles es mala, porque todo el mundo vive con las cortinas cerradas, probablemente aterrados de terminar fotografiados en algún tabloide. Y Santiago, la ciudad amurallada, es aun peor.
The way we live.
Un amigo mío creó la primera revista de decoración que hubo en Chile- ED-, y desde entonces hay muchos que, oliendo el aroma de un buen negocio, han seguido sus pasos.
ED es una estupenda revista, y algunas de sus competidoras también. Son revistas bonitas, con casas “bien puestas”- como dicen los que saben de estos asuntos-, con buenos datos, buenas fotos, y mas de alguna figurita social posando con sus niños en el comedor de diario.
Pero tan bonitas son estas revistas, que a veces cuesta creer que alguien viva realmente así.
Por eso me gustó tanto “Nest”, una espectacular revista que tuvo una existencia corta pero distinguida y que, a diferencia de sus hermanas, consideró siempre que la decoración era algo mas que el talento para combinar un sofá y un cuadro con cierta armonía.
Para “Nest” cada espacio era un nido- de ahí el nombre-, un sitio donde la creatividad, la originalidad y la pasión eran las herramientas mas importantes. Un mundo en cuatro paredes donde el buen gusto, si existia, era de poca importancia.
Sus páginas estaban llenas de vida. Vida de verdad.
No recuerdo que apareció en su primera portada, pero no he olvidado lo que venia dentro.
En medio de las inevitables mansiones europeas y ‘cottages’ en los Hamptons, estaba la habitación de un niño de trece años que, solo Dios sabe por qué, había crecido obsesionado con Farrah Fawcett.
La foto exterior de su casa, en algún suburbio de New Jersey, no prometía mas que desilusiones. Un cuadrado de ladrillos igual que otros miles cuadrados de ladrillo, con un gran jardín al frente, y coronada con la estatua de una virgen al lado de garaje.
La casa de una familia de clase de media.
O de un asesino en serie.
En medio de este desierto creativo, el adolescente había construido lo que solo puede ser definido como un Farrahland.
Los muros estaban empapelados del cielo al piso en pósters de Farrah. En cada rincón, cada repisa y cada mesa había instalado memorabilia de Farrah, desde loncheras a Barbies. Una cabeza plástica de Farrah- originalmente creada para que alguna futura peluquera jugara con el pelo de la estrella- ocupaba el lugar principal sobre la cómoda, adorada e iluminada como si fuera la Venus de Milo en el Louvre.
En el baño, toallas de Farrah y cepillos de dientes de Farrah.
En el closet, T-Shirts de Farrah y chaquetas de denim con la silueta de “Los Angeles de Charlie” estampadas en la espalda.
Adoré esta habitación. Y adoré también a este niño, tan anacrónico en sus pasiones y tan valiente para expresarlas.
Hoy día pensé en él, cuando fui a ver una exhibición de fotografías en la casa de remates Phillips & De Pury.
Entre imágenes de Helmut Newton y Herb Ritts, estaban estas fotos de Aurore Valade, que muestran a personas reales- decir comunes seria una gran equivocación- en sus propias casas.
No puedo imaginar un portafolio de decoración mas fascinante.
(Puede hacer click en cualquier foto para verla en alta resolucion)
Thursday, October 9, 2008
Doce Pasos para Sobrevivir la Crisis (como una fashionista)
1-Desconecte el computador:
No solo ahorrará energía, sino también se desprenderá de su adicción a E-trade y cualquier otro sitio que, hasta ahora, le haya permitido seguir de cerca los vaivenes de sus acciones en el mercado. No hay necesidad de estar al tanto; ya sabemos que las noticias son malas. Ocupe su tiempo, en cambio, tejiendo- una saludable y ecológica forma de obtener nuevas prendas en períodos de crisis- o lanzando dardos a las fotos del Presidente Bush y los ejecutivos de Wall Street, un estupendo ejercicio contra la ira.
2-Adopte el look “lingerie”.
Marc Jacobs, Jean Paul Gaultier y Cecilia Bolocco estaban en lo correcto cuando decidieron que lucir la ropa interior en público no tenia nada de malo. Esta práctica podrá provocarle problemas con la Iglesia Católica o alguna liga defensora de la moralidad, pero evita el gasto innecesario en prendas tan “passé” como blusas o pantalones. Revise su cómoda, busque el “brassiere” mas limpio y bonito que encuentre, y salga a la calle. ¡Será un éxito!
3- Recicle, recicle, recicle.
Por supuesto que no se atrevería jamás a salir de su casa con esos pantalones “washed denim” que la convirtieron en la mujer mas elegante del Villa Maria en 1989, pero, ¿Por qué no convertirlos en un bolso de playa? ¿Un bikini? ¿Un turbante à la Prada? En tiempos de dificultades económicas, la imaginación es el limite. Un mantel a cuadrillé podría terminar convertido en una fabulosa pollera. Los horribles aros que le dejó de herencia su abuela podrían verse geniales como colleras en la camisa de su marido. Y su vestido de novia, con un par de tijeretazos y zurcidas, luciría perfecto como cortina en el escritorio. Si Penélope Cruz puede aparecer en Hollywood con un canasto en la cabeza, ¿Por qué no usted?
4- Use sus contactos.
En un momento de lucidez recuerda que su ex compañera de colegio, la Martita Domínguez, tenia un hermano que pololeaba con la prima de un ejecutivo de Ralph Lauren. Es hora de contactar a la Martita a través de Facebook y ver como andan las cosas en su vida. Una nunca sabe lo cerca que esta de un “sale” privado de Ralph Lauren.
5-Pida “samples” en las grandes tiendas.
Este consejo es importante y debe ser seguido al pie de la letra. Vaya al peluquero, hágase un manicure, póngase la mejor ropa que encuentre en su closet, y acérquese al ‘counter” de La Mer o Sisheido en Almacenes Paris, Falabella o cualquier gran tienda de la ciudad. Demuestre interés y conocimiento sobre los productos e, inevitablemente, la vendedora le ofrecerá “muestras” de tal o cual crema. A día siguiente lleve a su nana al peluquero, al manicure, a su closet, y repita con ella los mismos pasos. En cuestión de semanas su vestidor estará lleno de productos de belleza y cuidado para la piel.
6-Haga una dieta.
Pocos momentos son mas adecuados para empezar una dieta como durante una crisis económica de dimensiones bíblicas. Coma poco, y cuando sienta que ya no puede mas, coma menos. El agua potable, créalo o no, contiene una gran cantidad de minerales y llenará su estómago hasta la satisfacción. ¿Quién necesita una pechuga de pollo, cuando en Chile hay lechugas tan ricas? Escoja vegetales frescos, y olvídese de excentricidades como el pescado, la carne o la leche. En cuestión de semanas, tendrá el aspecto saludable de un chic esqueleto. ¡Y a mitad de precio!
7-Use el transantiago.
Este es el momento justo para vender el Mercedes y comenzar a usar, como se hace en las grandes capitales, el transporte público. Cierre los ojos y siéntase en el “Tram” de Ámsterdam o el “subway” de Nueva York. No olvide, eso sí, una buena navaja o revólver para defenderse de delincuentes y acosadores sexuales.
8-Acepte todas las invitaciones que le lleguen.
No es la hora de rechazar invitaciones. No importa si se trata del cumpleaños numero 100 de Julita Astaburuaga (¡Otra matiné!), la celebración de una nueva cirugía de Kenita Larraín, el aniversario de matrimonio de Andrés Velasco y Consuelo Saavedra, o el lanzamiento de la campaña presidencial de José Miguel Insulza, diga si. Si, si, si. ¿Quién podría decir no, por estos días, a empanaditas de marisco y pisco sours gratis?
9-Visite su librería mas cercana.
La literatura es una estupenda, y muy desconocida, fuente de satisfacción durante momentos de crisis. Mientras nutre su espíritu con Kafka y Dickens, aproveche de nutrir su estómago durante el lanzamiento de algún libro que, seguramente, jamás leerá. Si alguien le pregunta quien la invitó al lanzamiento, diga que fue el editor. Aunque son pieza fundamental del procesos literario, nadie los conoce.
10-Escriba sobre Dubai.
Ya no necesita ser parte del equipo de revista Cosas o la Revista de Viajes de El Mercurio para conseguir un pasaje en primera clase y una semana de estadía pagada en el mejor hotel de Dubai.
Llame a la oficina de turismo, y diga que escribe para la “new media”, la Internet, y antes de que alcance a hacer “clic” en su página de blogspot, estará bebiendo Móet Chandon en su asiento “1A” rumbo al Medio Oriente. La prensa lo ha hecho durante años con fabulosos resultados, ¿por qué no usted?
11-Despréndase del marido.
Si durante años ha estado pensando en un divorcio, no hay mejor momento que este. Pero no se trata de actuar a tontas y a locas. Contrate un detective privado, reúna evidencia, siga con cámaras a su pareja (¿ex pareja?) hasta la puerta del “topless bar”, y solo entonces ataque. ¿Qué exigir? El auto; la casa en la Dehesa; la casa en Zapallar; el yate; el jet privado; la manutención de los niños, la nana, el jardinero y el perro; dos viajes a Europa al año en business; tres a Miami en “first”; y una suma “no identificada” que le permita “seguir viviendo de la forma a la que está acostumbrada”. Palabras de su abogado, no nuestras.
12-Tome medidas drásticas.
Usted ama a su niños, sin duda, y por lo mismo quiere darles la mejor vida posible, aunque eso signifique deshacerse de ellos. Sabemos que la idea enviarlos a Madrid, Viña o, Dios nos ampare, la Florida, no es fácil, pero como Meryl Streep en “La decisión de Sofía”, también sabemos que no hay un segundo para dudar. Los hijos merecen lo mejor, y lo mejor, por estos días, es junto a sus abuelos estén donde estén. Ahí estarán bien cuidados, protegidos y acurrucados en una montaña de cariño que, por el momento, usted no puede darles.
Usted, mientras tanto, podrá sobrevivir la crisis- y la tristeza de la lejania- comprando carteras a un 50 por ciento de descuento en Hermés.
Thursday, September 25, 2008
A Word About Wall Street
Todo lo que sé de negocios lo aprendí de “Dinastía”.
Sentado en el living de mi casa, junto a mi bisabuela, que usaba una lupa para observar las arrugas de Alexis Carrington en su propia “High Definition”, me enteré de que para sobrevivir en el mundo del dinero hace falta mas actitud que talento.
Un golpazo de puertas o un carterazo hacen maravillas en el salón del directorio, si mal no recuerdo, y eso es lo que- aplauso, aplauso- ha hecho el Presidente Bush en estos días.
700 mil millones de dólares, pidió.
¿Y por qué no? Si Joan Collins hubiera estado en su lugar, la suma seria el doble. Y las hombreras, el triple.
La crisis de Wall Street me tiene confundido, pero según la revista “Time” de esta semana, no soy el único.
“Lo que está sucediendo es terriblemente confuso y aterrador incluso para personas como nosotros”, comentaron la semana pasada Andy Serwer y Allan Sloan, los editores económicos de esa publicación, “Entre ambos, llevamos mas de 35 años escribiendo sobre negocios, y nunca habíamos visto algo similar. Es como si Stephen King estuviera canalizando a Allan Greenspan para producir historias de terror llenas de números negativos”.
Gracias a Dios, mi fortuna personal no está en peligro.
Igual que hizo Alexis inmediatamente después del ataque terrorista durante la boda de su hija en el principado de Moldavia, he guardado buena parte de mis bienes en una bolsita de cuero rojo en el tercer cajón del velador, a salvo de los vaivenes del mercado.
Mi amigos decían que estaba loco.
¿Quién es loco ahora?
Preferiría perder un 180 por ciento de interés sobre mis 500 dólares, antes que entregárselos a un señor y truhán como Richard Fuld, el director de Lehman Brothers, que con el dinero de otros menos astutos –que seguramente jamás vieron Dinastía- adquirió yates, villas y jets tan lujosos que la propia Alexis habría sentido envidia.
Ahora Fuld anda por la calle acompañado de guardaespaldas, como si fuera un Carrington.
Leo la edición de “New York Magazine” esta semana- “!!Pánico 2008!!”- y me entero que Hedge Funders que a principios de mes eran millonarios, ahora solo tienen “un par de cientos de miles de dólares’.
La revista informa que la grave situación ha llevado a que matrimonios sean cancelados.
Mi corazón va hacia los floristas y banqueteros involucrados en la masacre.
¿Qué haría Alexis en este caso?, me pregunto, mientras reviso las nuevas tendencias de otoño en “VMan”. (El “preppy look” viene con todo)
Lo primero, seguro, seria arrancar a algún país bananero con dos maletas. Una llena de ropa. La otra llena de oro. Y una vez ahí, hacer buenas migas con el dictador de turno.
¿Estará Chávez disponible en Facebook?
Tuesday, September 23, 2008
Lipstick Jungle
Mientras Wall Street se derrumba, Sarah Palin asiste a su primera lección de política internacional reuniéndose por quince minutos con los presidentes de Afganistán, Colombia y Henry Kissiger, y Miley Cirus desata histeria periodística porque llego atrasada una vez mas a las grabaciones de “Hannah Montana”, estas tres mujeres se reunieron hoy en Nueva York a hablar de mortalidad materna.
Ladies & gentleman, la Primera dama de Francia Carla Bruni, la reina Rania de Jordania y Wendy Murdoch, la mujer de Rupert Murdoch
Candace Bushnell no las habría imaginado mejor
Friday, September 12, 2008
En el Fondo del Barril
El fondo del barril periodístico, un sitio donde me he encontrado con alarmante frecuencia en mi carrera, no es tan terrible como muchos podrían pensar.
Mientras otros dedican su vida a cubrir los horrores de la guerra o seguir los pasos del Dalai Lama, yo, cada cierto tiempo, me veo enfrentado a la tarea de escribir sobre alguna modelo/actriz/novia de…que disfruta de sus catorce minutos y medio de fama.
Aparte de ser una constante lección de humildad periodística, la tarea me divierte enormemente.
Aquí va un ejemplo.
LISA SNOWDON
Lisa Snowdon es lo que por estos días llamamos una “personalidad”, una mujer que ha ganado cierta respetabilidad en círculos televisivos gracias a su aparición en dos o tres “reality shows” , un par de romances famosos- seguidos de famosas rupturas- y una verborrea inmune a la lógica, el tacto y el buen gusto; una enfermedad social, podría decir uno, que ha contribuido en gran parte a su éxito televisivo.
Pídale una opinión a Lisa, y ella le dará dos. Y las dos llegaran aliñadas con un nombre famoso y la sombra de un escándalo.
La ex modelo de ropa interior y bikini- suena a cliché, pero es cierto- fue catapultada a la fama internacional desde ese trampolín de “bimbos” que es la cama de George Clooney.
El romance duró poco, pero, según Lisa, fue real e intenso.
Ha pasado casi una década desde entonces, y ella todavía sigue dando nuevos detalles a la menor provocación. “George no ronca, es un caballero”, “George usa boxers, no briefs”, “George se lava los dientes en la mañana y en la noche”, dice a la pasada- y aquí estamos parafraseando- antes de insistir frente a las cámaras que por favor no sigan con el tema porque es “del ámbito de mi vida privada”.
Después de aparecer en las pantallas televisivas de millones de víctimas en el popular show “Britain’s Next Top Model”, un “reality” dedicado al mundo del modelaje, Lisa dio el inevitable paso que toda celebridad debe dar por estos días para asegurar su lugar en el “Hall of Fame” de las estrellas clase C: apareció en un programa de baile similar a “Dancing with the Stars”, una coctelera de rumba, salsa, tango y vals que en Inglaterra lleva el nombre “Strictly Come Dancing”.
Ahí su compañero fue el bailarín profesional Brendan Cole, un hombre que, según la prensa inglesa, guarda un gigantesco secreto en los rincones mas íntimos de sus ajustados pantalones negros y que, aparte de su talento para el cha-cha-chá, tiene reputación de romántico empedernido.
Brendan quedó con el corazón destrozado cuando se enamoró de su anterior compañera, la lectora de noticias Natasha Kaplinsky, con la que mantuvo un romance tan corto e intenso como un buen mambo.
Según contó Lisa a “The Mirror”, sus amigas le habían advertido que tuviera cuidado con este Casanova. “Cuando lo conocí en el trailer, pensé que me estaría esperando con una rosa entre los dientes”, confesó, “Pero no fue así. Abrí la puerta, y ahí estaba Brendan, con un zunga de cuero negro y nada mas”.
Antes de que el tabloide hiciera otra pregunta, y seguramente para resguardar su buen nombre, Lisa agregó: “No he tenido sexo en un año”.
Al día siguiente, cuando la Reina recibió la prensa junto a la bandeja del desayuno en Buckigham Palace, se encontró con la noticia repetida en la primera plana de todos los periódicos.
Aunque pasó a las finales, la animadora/modelo no resultó ganadora en la competencia. Pero eso no significa que se haya echado a morir. Con una minifalda hasta aquí y un escote hasta acá, se sentó a pensar en su futuro en algunos de los clubes y bares mas conocidos de Londres, rumiando sobre qué le depararía el destino mientras posaba a la salida de alguna disco a las tres de la mañana de la mano de algún actor de telenovelas o anfitrión de concursos televisivos.
Su historia tiene un final feliz, porque Lisa, como todas las grandes mujeres, de Marie Curie a Sarah Palin, siempre ha enfrentado la adversidad, las dudas, los comentarios y el porvenir con la frente en alto y una sonrisa.
El nuevo capítulo en su vida se llama “London’s Capital 95.8”, un popular programa radial donde reemplazará a la ex modelo topless, Denise Van Outen, como locutora de la mañana.
“Lisa tiene un fantástico humor, un genio natural para la radio, y estamos felices de contar con ella para nuestros programa”, señalaron a la prensa los ejecutivos de la estación, que ya han plagado la ciudad con afiches que destacan los principales talentos de Lisa. Talentos que, desgraciadamente, no son visibles a través de la radio.
Thursday, September 11, 2008
Ladies & Gentleman
Hay un pequeño grupo en la Fashion Week que, aunque bien consciente de los últimos “trends”, jamás se deja llevar por tendencias pasajeras.
Son ladies & gentlemen, y se visten como tal.
Seria mas fácil encontrar a Hillary Clinton y Sarah Palin almorzando juntas en Bergdorf Goodman, que a uno de estos hombres en shorts o una de estas mujeres en skinny jeans y plataformas.
Pura clase.
Fotos @ Manuel Santelices
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