Tuesday, May 25, 2010

La Gamine Chilienne


Carolina Tohá puede ser para muchos chilenos la flamante nueva presidenta del Partido Por la Democracia (PPD, una variante del socialismo que otros sin duda podrán explicar mejor que yo) y una de las figuras políticas más brillantes del país.

Para mi, sin embargo, sigue y seguirá siendo simplemente La Gamine Chilienne.

Donde otros ven debates sobre presupuestos y cesantía, yo veo cortes de pelo “comme des garçons”.

Donde otros ven escándalos político-familiares, yo veo sencillos pantalones “pescador’ y camisetas marinero.

Donde otros ven ambición política, yo veo una adorable ‘ingenuè’ conduciendo un Fiat 600 mientras ríe a gritos, y nunca sola, rumbo a la playa.

¡Ah, que aires frescos trae nuestra Jean Seberg nacional! ¡la Mia Farrow criolla! Tantas margaritas que cortar (me quiere mucho, poquito, nada), tantos Gauloises que fumar.

Belmondo fue un truhán. Sinatra también. Y para qué hablar de Rossi. Pero ahí está nuestra heroína, todavía en pie; todavía escribiendo poesía en la contraportada de algún aburrido documento oficial, pensando en un mundo que es mucho mejor que el real.

¿En qué piensa la Gamine?

En el país, por supuesto.
En el país, y en si algún día sus pies tocarán la arena y el mar.



Sex & The City 2? Not tonight, please


Este Jueves 27 de Mayo se estrena “Sex & The City 2” en Estados Unidos, y si no sabe a qué nos referimos lo más seguro es que es porque vive a 50 kilómetros de la estación militar mas cercana en la Antártica o su enfermera se olvidó de darle su dosis de remedios contra el Alzhaimer esta mañana.

Todo el mundo sabe de qué estamos hablando, primero porque la serie de HBO convertida en saga cinematográfica es uno de los grandes fenómenos culturales de la ultima década, y segundo porque, con cerca de 100 millones de dólares invertido en publicidad por el estudio, es imposible dar un paso en cualquier ciudad civilizada sin encontrarse cara a cara con la imagen de Sarah Jessica Parker o alguna de sus co-protagonistas.

Ahí están, en cada portada de revista, estación de buses o billboard, concediendo entrevistas en “press junkets” o posando para la cámara de Mario Testino en Vogue, con sus cutis convertidos en una dorada y suave lámina de photoshop, vestidas para impactar y elevadas al envidiable status de producto hollywoodense.

Cualquiera que haya visto la sinopsis de la película en alta definición en YouTube- mas de un millón y medio de personas hasta el momento- sabe bien que el filme descansa en el carisma de sus personajes y un abultado y lujoso guardarropa.

¿Y el guión?

El guión es simplemente una excusa, un predecible trozo de papel que anuncia que Carrie está algo aburrida compartiendo su cama cada noche con Mr. Big y que, en búsqueda de aire fresco, viaja a un exótico país árabe para lanzarse en una fabulosa piscina junto a sus amigas y hablar de sexo y amistad.

Pero no se desaliente; eso no es todo.

Carrie tiene en “Sex & The City 2” un emocionante reencuentro con su su ex novio carpintero- y usted, mi querida fanática, sabe exactamente a quien nos referimos- que promete poner en peligro su futuro con Mr. Big.

O no.

Da lo mismo. Porque sea lo que sea que pase en el futuro con Carrie- divorcio, reconciliación, sexo en grupo o cabalgata en camello por el Sahara= hay una cosa segura: ella tendrá la ropa adecuada para la circunstancia y, tarde o temprano, llegara a la conclusión de que sus amigas son lo mas importante. Los hombres son transitorios. Ellas, para la vida.

Hay mucha gente que se pregunta si era necesario, a estas alturas, seguir contando una historia que ya ha sido contada durante mas de una década.

¿De verdad necesitamos ver a Samantha Jones, la cincuentona aspirante a ninfómana encarnada por Kim Cattrall, montada en otro trapecio con un robusto hombre dos décadas menor?

¿Realmente es indispensable seguir escuchando las cada vez mas pálidas protestas feministas de Miranda, el personaje de Cynthia Nixon, que quedó al fin de la película pasada convertida en esposa y madre feliz en algún suburbio de Brooklyn?

¿Y Charlotte, esa caricatura del Upper East Side interpretada por Kristin Davis? ¿Podría sobrevivir el planeta sin otra de sus peroratas de brunch, ese bla-bla-bla sobre ninos y nannies?

Sí, seguro que sí.

Pero en medio de tanto articulo inútil lanzado al pozo infinito de la cultura popular, ¿por qué no agregar una película que, si las predicciones resultan ciertas, podría recaudar al menos 600 millones de dólares en Estados Unidos?

El primer filme tuvo ingresos de 410 millones en ese mercado, una verdadera sorpresa considerando que mas de un critico sugirió que el interés en la serie había decaído y que, horror de horrores, las actrices estaban demasiado maduras para la tarea.

Pero claro, los críticos no son los que agregaron cerca de 50 millones a su cuenta bancaria con el primer filme ni son los que viven en un fabuloso ‘townhouse’ en el corazón del súper chic West Village. Esa es Sarah Jessica, y si ella decide que es una buena idea hacer una segunda parte- y ya se rumorea de una tercera- será mejor seguir sus ordenes.

Thursday, May 13, 2010

El Papa se Viste de Prada


Su Santidad Benedicto XVI concede pocas entrevistas, y hasta donde sé, no había dado nunca una para referirse al guardarropa Papal. Pero, quizás convencido de que es necesario modernizar su imagen, hacerla mas accesible, decidió conceder una audiencia a este humilde reportero de modas para hablar del tema.

Que el Santo Padre es un fashion victim no es ningún secreto. Basta mirarle los pies, siempre vestidos de Prada.

Esta entrevista se realizó en el salón de las audiencias en El Vaticano, con el Papa sentado en su trono, envuelto en una túnica de shantung de seda blanca con acentos en púrpura, rojo y dorado, y su leal asistente, el muy atractivo sacerdote alemán Georg Gaenswein- también conocido como “el George Clooney de la Santa Sede”- a su lado

Consciente de que el tiempo era escaso, quise abordar de inmediato el tema más espinudo en mi cuestionario: accesorios.

-Su Santidad, ¿Por qué los accesorios, partiendo por el anillo Papal, han sido siempre tan importantes en la imagen católica?

-Es una pregunta interesante- contestó el Papa, mientras observaba distraído el gigantesco trozo de oro y diamantes instalado en su anular-, creo que tiene que ver con la autoridad y la solemnidad de mi cargo. Pero no me malentienda, esto no es nuevo para mi. Yo he usado joyas desde que tengo uso de razón. Anillos, sobre todo, y relojes de importancia. Por problemas de alergias e infecciones, puedo usar solo oro o platino, pero me las arreglo para alegrar un poco mi guardarropa con algunas piezas de fantasía instaladas directamente en mi ropaje Papal, una medallita por aquí, un escapulario por allá.

-Si la Santa Sede se incendiara y pudiera rescatar solo una joya en su huida, ¿Cuál seria?
-Este anillo- dijo, indicando el anillo Papal- porque aparte de lo valioso, tiene historia y tradición, como deben tener siempre las buenas joyas, las que valen la pena.

-¿Nada mas?
-Hmmm, quizás un Rolex que me regaló un amigo muy, muy querido en mi juventud.

-Pasemos a otro tema delicado: Zapatos.
-Ahí no tengo dudas ni problemas: ¡!Prada, Prada, Prada!!.

-¿Siempre rojos?
-La gente piensa que el rojo es difícil de combinar, pero como yo no uso cartera, me puedo dar el lujo de usar rojo y no desentonar nunca.

-¿También usaba solo zapatos rojos cuando era un simple sacerdote?
-No, porque cuando uno es joven no tiene su estilo tan definido. Lo que si debo confesar, es que siempre fui zapatero. ¡Uf!, Que Dios me perdone, pero hubo una época en que habría vendido mi alma al Diablo por unos Sergio Rossi.

¡Santo Padre!- lo interrumpió el padre Gaenswein.

-¡Perdón, perdón!- se tranquilizó el Santo Padre-, ¿pero es que ha visto usted algo mas Di-Vi-No que un buen par de zapatos? El aroma del cuero, la dureza de las suelas combinada con la suavidad de la piel…Hmmm.

-¿En la intimidad de Castel Gandolfo se permite, a veces, usar sandalias o zapatos abiertos?
-Si, pero modelos muy simples, hawaianas y cosas así. De vez en cuando, si hay visitas, uso sandalias pescador porque tienen esa perfecta mezcla de high fashion y comodidad. La moda es evocadora, y las sandalias pescador nos evocan la imagen de EL- agregó lanzando los ojos al cielo y encontrándose con el gigantesco Duomo dorado y los enormes chandeliers de cristal sobre su cabeza- EL las usó mucho y con mucho éxito.

-Blanco, rojo y dorado: ¿elección u obligación?
-Un poco de las dos. Ha habido Papas que son mas fashion que otros, y no me pida que de nombres porque si hay algo que me carga son los chismes. Todos sabemos de quién estamos hablando. Ha habido Papas que ni siquiera sabían amarrarse una cinta en la sotana. Yo soy un fiel creyente no solo en la figura celestial de nuestro Señor Jesucristo, sino también en el dicho que dice “bien vestido, bien recibido”. ¿Cómo esperan que uno represente a Dios- ¡a Dios!- en la tierra si no tiene el mínimo cuidado con su vestuario?. Como usted sabe soy infalible, y eso corre también para mi combinación de colores, ¿no es cierto Goerg?- continuó, dirigiéndose a su asistente- Yo puedo mezclar fucsia, con naranjo y rojo, y Voila!, me queda como a nadie.

-¿Lo hace solo o con algún estilista Papal?
-Solito, con el Espíritu Santo y su inspiración divina.

-¿Nunca tuvo un fashion faux pas?
-¡Uf, si le mostrara fotos! Pero todas esas fueron quemadas con otros documentos del El Vaticano cuando llegué. Nadie quiere ver al Papa en su etapa de “experimentación”.

-¿Fue muy arriesgado en su guardarropa en su juventud?
-Lo más arriesgado que usé en mi vida fue una swástica.

¡!¡Santo Padre!!!, saltó de nuevo Gaenswein.

-Pasemos a otro tema, entonces- sugerí- ¿Dónde guarda su ropa? Supongo que tiene un walking closet…
-¡?Un walking closet?! ¡Tengo un ala completa de San Pedro! Hasta en la sacristía de Santa Maria Maggiore va a encontrar sombreros míos. Uno de los problemas de El Vaticano es la falta de espacio. El otro es la prensa internacional, tan metida en todo.

-¿Separa su guardarropa por temporadas?
-Si, invierno y verano están en áreas distintas, y soy muy maniático en términos de calcetines y ropa interior. Me gusta todo bien ordenadito y por color.

-¿Quién cuida su ropa?
-Las monjas. Las elegimos con pinzas. Las mejores son las Belgas, que son mas concienzudas y mas limpias, no dejan las manos manchadas en el lino.

-¿Cómo elige el sombrero papal que usara en cada ocasión?
-Por intuición, por tincada.

-¿Tiene sus favoritos?
-Claro, me encanta uno dorado con blanco que es muy alto, muy “regal” como dicen los ingleses. Y, curiosamente, me encanta uno que use en África hace un tiempo, con plumas y todo. Goerg se reía, me decía que parecía corista del Crazy Horse…

¡!Santo Padre!!, alegó otra vez el asistente.