Monday, September 10, 2012

Raquel Correa

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Conocí a Raquel Correa en 1983, apenas salido de la escuela de periodismo de la Universidad de Chile, en mi primera reunión de pauta en la revista Cosas.

Recuerdo haber entrado a la sala de conferencias en la calle Almirante Pastene y haberme encontrado con ese magnifico trio del periodismo nacional que formaban Raquel, Malú Sierra y mi adorada Elizabeth Subercaseaux.
Malú era la Pachamama, la madre tierra, hablando de la conservación del planeta y de la ecología mucho antes de que la gran mayoría supiera siquiera que significaba la palabra ecología,.
Elizabeth era la hechicera, una mujer brillante y seductora que convertía a cualquier personaje- Sergio Fernández, Carlos Cáceres, el mismísimo Pinochet- en personajes arrancados del realismo mágico; la periodista que no tenia ningún problema en partir una entrevista con el tirano de turno como  quien comienza un cuento de hadas aterrador. Su efectismo era eficiente, y su pluma, incomparable.
Y  Raquel; bueno, Raquel era el halcón. Franca hasta que doliera, directa hasta que sangrara, era sin dudas la mejor entrevistadora del país. Armada con su grabadora de pilas doble AA y un cuaderno de apuntes, enfrentó a todo el politburó pinochetista en los 80’s haciendo preguntas que no solo parecían impertinentes en la época- ¿asesinó o no?- sino evidentemente peligrosas.

Raquel tuvo dos muros protectores: Mónica Comandari, que nunca dejó que sus propias convicciones políticas se interpusieran en las de su revista- en los 90’s su editora general fue Mónica González-; y la aparente frivolidad de Cosas, una revista- mi revista- que escondió detrás de portadas de Carolina Mónaco y la Princesa Diana de Gales algunas de las entrevistas políticas mas abiertas de la época.

Recuerdo a Raquel dura y competitiva, y cómo no. Venia de esa primera generación de periodistas mujeres universitarias; la primera generación que enfrentó a un periodismo paquidérmico, machista, de bohemia extrema, que si algo sentía hacia las periodistas mujeres era desdén y deseo. Eso era todo. Fue una generación que se ganó su espacio a golpes (periodísticos), a profesionalismo y, sobre todo, a un inesperado talento.

Recuerdo esa primera reunión de pauta, y a Raquel explicándome, en una frase corta, precisa, helada como un freezer, que si quería el número de tal o cual ministro la forma más rápida de encontrarlo era en la guía de teléfono.
En su momento el comentario pareció cruel, porque reveló en un chispazo toda mi ignorancia y toda su sabiduría. Ahora, en perspectiva, me parece obvio.

Su amistad con Malú y Elizabeth fue siempre motivo de fascinación para mi. No la entendía y quizás todavía no la entiendo. Me parecían tan distintas, tan opuestas. Unas tan cálidas, otras tan frías.

Con los años he leído entrevistas con Raquel donde habla de su marido y su adorado hijo, y eso me ha ayudado a entender que su pasión por la justicia y su decisión de dedicar su vida a revelar la irritante hipocresía de algunos políticos no fueron los únicos signos de su profunda humanidad. 

No recuerdo de donde viene la foto que acompaña este post, pero la guarde porque me pareció extraordinaria., Ahí esta Raquel, joven como un trébol, bonita, intensa, rodeada del aura de inteligencia que la cubrió durante toda su vida, pero todavía inocente  no solo de la fama y el poder que sin duda llegaron y nunca le importaron demasiado,  sino de las ridículas tragedias y los grandes horrores que le tocaría observar. Una vida plena no existe sin dolor y sin amor, y Raquel tuvo de los dos a manos llenas.


Sunday, August 12, 2012

Dear Marvin



Murió Marvin Hamlisch , y aunque en este blog tenemos como regla general no poner un obituario detrás de otro, aquí va el de Marvin inmediatamente después del de Gore Vidal. 

No nos queda otra. Es asunto de vida y muerte.

Nunca conocí a Marvin Hamlisch , y sin embargo fue uno de los hombres más importantes de mi vida, el creador de la banda sonora de mi adolescencia.
Es muy posible que mis padres digan “ ¿Marvin, qué?” si les cuento de su muerte, pero bastará que  escuchen dos o tres acordes de “One”, el número final de “A Chorus Line”, para que recuerden- posiblemente con horror- ese famoso himno de Broadway.

Igual como los torturadores de Guantánamo sometieron a sus victimas a la música de Christina Aguilera, yo sometí a mi familia a la tortura diaria de “A Chorus Line”, la que llegó acompañada durante años de un canto tipo karaoke- cortesía de su servidor-, baile en las escaleras (ídem) y, como “grand fínale”, un paseo con sombrero de copa imaginario por ese escenario habitual que era el corredor que unía al living, el comedor y la cocina.

Descubrí “A Chorus Line” a través de una amiga que viajó a Estados Unidos en intercambio escolar y trajo el LP- si, LP- a su regreso.

Todavía recuerdo la primera vez que escuché el ta-tata-tata-ta-ta-tatatatatán de la canción final, “One”, y la revelación inmediata que tuve en ese momento.
Alguien, en algún lugar, por algún motivo, había cometido un terrible error, y yo no era el que todos suponían que era- estudiante del colegio San Juan, residente de La Reina, pésimo para las matemáticas, con una preocupante adicción a las telenovelas venezolanas y el concurso de Miss Universo- sino un bailarín destinado a triunfar en Broadway y, quizás, recibir un Tony, ¡Era tan obvio! De pronto todo tenia sentido, y no era yo el equivocado; era mi familia, mis profesores, mis compañeros de colegio, cualquiera que no entendiera que todas mis rarezas no eran rarezas despues de todo, sino las particularidades obvias de un hombre destinado a encontrar su destino en la esquina de la Octava Avenida y la calle 42.

La primera vez que vi “A Chorus Line” en Broadway, en su producción original en el Schubert Theater, empecé a llorar unos diez minutos antes de que las cortinas se abrieran.
 Ya no era un adolescente, sino un hombre de 24 años que lo que más quería, lo único que quería, era quedarse ahí para siempre, en la oscuridad del teatro,  tarareando “One”. 
Fue una de las noches inolvidables de mi vida.

Ese no fue el único regalo que me hizo Marvin.

Para mi cumpleaños número 13 mi abuela me preguntó qué quería , y como ya tenia los Greatest Hits de “The Carpenters,” le dije que quería el nuevo álbum de Barbra Streisand, “The Way We Were”.

Era 1974, y ahora que lo pienso, esa fue una petición que en su momento puede haber parecido subversiva. “The Way We Were” es el tema principal de la película del mismo nombre, una obra maestra del cine americano que tiene como personaje principal a una comunista judía de Nueva York, encarnada magistralmente por Miss Streisand.

“Comunista” y “Judía” no eran palabras que uno usara a menudo en Chile en 1974, y sin embargo fueron palabras que quedaron marcadas profundamente en mi memoria (Memories, like the corners of my mind). Desde entonces, he tenido algunos amigos comunistas (dos, creo) y muchas amigas judías que, como  Katie Morosky, tienen la cabeza y el corazón bien puestos y han logrado impresionantes triunfos frente a la dominacion capitalista (Redforniana) y el pelo enrulado.

Escuché mil veces a Barbra cantar “The Way We Were”- una y otra vez y otra vez, y otra vez más- con una obsesión que solo puede ser descrita como  juvenil. Por entonces en mi casa no había “stereo”, , sino un “pick up” algo estropeado; una enorme consola que algún decorador podría definir como “Faux Regencia” que necesitaba a menos dos monedas  para hacer que la aguja funcionara.

No era un mundo perfecto, el Chile de 1974, pero gracias a Marvin y Barbra era un mundo ideal.

Marvin murió esta semana, y aunque sé que es imposible, me gustaría pensar que un día de estos me encontraré con él frente al Plaza, igual que Barbra se encontró con Redford en “The Way we Were”, y, arreglándole un mechón de pelo en su frente, le daré las gracias y le diré que nunca, nunca lo olvidaré.

Wednesday, August 1, 2012

The Great Vidal

Buscando información sobre la muerte de Gore Vidal, nos hemos topado con una cita de Christopher Hitchens en sus memorias “Hitch 22”, donde escribe sobre los efectos del consejo que Vidal le dio en una ocasión: nunca dejes pasar la oportunidad de tener sexo o aparecer en televisión.  Según Hitchens, eso lo condenó una existencia con una excesiva dosis de apariciones en la televisión por cable mas allá de la medianoche, esa hora en que la discusión continua acalorada- Irak ¿si o no? ¿Palestina o Israel? ¿Fue Sor Teresa una santa o una diabla?- mientras todo el resto duerme. Hitchens no fue el único en recibir ese consejo- una de las frases más repetidas de Vidal-, pero quizás no escuchó la aclaración que el propio escritor emitió años mas tarde, diciendo que si esa regla había funcionado en el pasado (maravillosamente, según parece), en los tiempos del Sida y Fox News era mejor ejercer cierta cautela.

Que Hitchens y Vidal hayan muerto con apenas meses de distancia solo puede ser descrito como una tragedia. Aparte de brillantes escritores y magníficos polemistas, ambos fueron los últimos ejemplos de una especie que, sospechamos, está en absoluta extinción: el provocador intelectual. Hay candidatos, claro, como Bernard Henri- Levy o Martin Amis, pero el genio de estas mentes se cruza a menudo con el genio de su torso- ambos tienen una alarmante predilección por las camisas abiertas mas allá de lo aconsejable- y el cortocircuito es lamentable.

No es que Vidal no tuviera su cuota de narcisismo, pero su sarcasmo e inteligencia siempre salieron ganando. Habría que volver a los días de Oscar Wilde, como sucede siempre que se habla de literatura gay inteligente, para encontrar frases como las que lanzó el americano con tanta elocuencia y elegancia.

Aquí van algunas:
 -“La mitad del pueblo norteamericano nunca ha leído un periódico. La mitad nunca votó por un presidente. Es de esperar que haya sido la misma mitad”.
 -“Las figuras políticas ya no escriben sus discursos ni sus libros, y hay evidencia de que no los leen tampoco”.
-“Cada vez que un amigo tiene éxito, muero un poco’ -“No es suficiente con ganar. Alguien debe perder también”
 -“La persona homosexual no existe, como tampoco existe la persona heterosexual. Esas palabras son adjetivos que describen actos sexuales, no personas. Los actos sexuales son completamente normales; si no lo fueran, nadie los practicaría”.
 -“El monoteísmo es sin duda el mayor desastre que ha sufrido la raza humana” -“Un escritor debe escribir siempre con la verdad (a no ser que sea un periodista)”.
-“Un narcisista es una persona más atractiva que uno”.
 -“Siempre me pareció un golpe de suerte no haber nacido en un pequeño pueblo americano. Puede que sean la columna vertebral de la nación, pero son también la columna vertebral de la ignorancia, el prejuicio, y el aburrimiento”.

Si, Vidal fue el último icono de una era de polemistas que entendió el debate como un enfrentamiento de ideas, un duelo intelectual en que cada uno tenia su turno y donde, sin más armas que la razón y el ingenio, un adversario podía derribar al otro. El escritor encontró un formidable enemigo en William F. Buckey, que, como él, era educado, elegante y disfrutaba mas la discusión que sus resultados. Verlos hablar fue como observar un partido de tenis, y si tiene dudas, deje de leer inmediatamente este articulo y vaya a YouTube, donde encontrará magníficos ejemplos de esta divertida, excitante, profunda y muy pública batalla de neuronas.

Vidal conoció a todo el mundo. Al menos eso pareciera. De su prima Jackie Kennedy Onassis a Marilyn Monroe, pasando por Marlon Brando, Norman Mailer o George W. Bush, todos cruzaron en algún momento su radar social, literario o político. Su vida fue envidiablemente privilegiada- Los inviernos de su niñez fueron en Park Avenue, los veranos en los Hamptons, y vivió buena parte de su madurez en una villa en Ravello, en la costa italiana, observando el Golfo de Salerno hasta el infinito-, pero él devolvió el favor entregando en sus libros una versión clara, precisa y a veces hasta amarga, de su propia clase, su propio país y su propia generación. Fue legendariamente prolífico, algo que no queda más que agradecer.

El escritor, quizás protegido por su talento y status social, fue uno de los pocos intelectuales de su generación abiertamente gay. Buckley se refería a él como “ese Queer”, y Vidal le respondía llamándolo “cripto-nazi”. Fue también, como demostró el paso del tiempo, un profundo y comprometido romántico.
Cuando abandonó su refugio italiano, fue porque su pareja, Howard Austen, con el que vivió casi medio siglo, cayó gravemente enfermo. La pareja se instaló en de Hollywood, no muy lejos del hospital Cedars Sinai donde Austen fue tratado. En sus memorias, Vidal cuenta que en su lecho de muerte su pareja le comentó: “Pasó todo terriblemente rápido, ¿no?”. Y por supuesto la respuesta de Vidal fue afirmativa.

 Después de la muerte de Austen, la salud del propio Vidal comenzó a decaer progresiva y rápidamente. Sus últimos años los pasó condenado a una silla de ruedas, y fue así, recuerda The New York Times en su epitafio, como apareció en Nueva York el 2009, cuando recibió un premio especia en los National Book Awards. Su discurso fue improvisado y, por lo mismo, a veces genial e inspirador, y otras simplemente bizarro. ¿las ultimas palabras de esa noche? “La vida ha sido tan, tan divertida”.

Sunday, March 25, 2012

Remember this Face


La próxima vez que hable de “maricones”, “fletos”, “mariposones” o cualquier otro nombre que por estos días se use para insultar a las personas gay, espero que recuerde este post.
La próxima vez que se ría con algún humorista o animador de televisión que doblando su muñeca y agitando sus pestañas se burla de los homosexuales, espero que recuerde estas caras.
Son las caras del odio. Y el odio, ya sabemos, viene envuelto de muchas formas.
A veces es obvio, como cuando un neonazi marca con una botella quebrada una swástica en el cuerpo de un joven gay.
Otras es solapado y encubierto, como cuando entre risitas dos oficinistas se burlan de un tercero solo porque asumen que es gay. O cuando un honorable diputado de la República, como el diputado Enrique Estay en Chile, utiliza sin problemas la palabra “maricón” porque, según él, es una palabra que no tiene una connotación odiosa. Es solo un decir, un término de uso general. Y el resto de los honorables congresistas, en siniestra cofradía, le da toda la razón.
¿Que dirá el honorable diputado ahora que Daniel Zamudio, un gay de 24 años atacado ferozmente por un grupo de neonazis homofóbos, permanece cerebralmente muerto en una cama de hospital? ¿Qué dirán sus amigos, que le dieron pase libre en el Congreso?
¿Hablaran del maricón? Así, con todo respeto.
¿Qué dirá la iglesia, tan ciega a sus defectos y tan atenta a los del resto? ¿Dirán una vez mas que hay que perdonar al pecador pero no el pecado?
De todos los cómplices de la homofobia, sin embargo, no hay ninguno mayor que el silencio.
Un neonazi puede ser encarcelado, un cura dogmático o un congresista matón pueden ser enfrentados, ¿pero una sociedad silenciosa, que oculta sus virulentos prejuicios detrás de una careta amable y civilizada? ¿Cómo se enfrenta eso?
Aquí va un intento.

JAMEY RODMEYER

Jamey, un adolescente gay de 14 años, se suicidó en Buffalo, NY, después de un año de bullying on line.
“JAIME ES ESTUPIDO, GAY, GORDO Y FEO. DEBE MORIR!!”, fue el post de uno de sus abusadores.

LARRY KING

Larry, un niño gay de 15 años de California, recibió una bala en la cabeza durante su clase de biología.
Su asesino, Brandon McInerney, de 17, le disparó porque no le gustaba la forma en que Larry se vestía ni como “interactuaba” con él.

PHILLIPE PARKER

Phillip Parker, un adolescente de 14 años de Tennessee, se suicidó después de meses de bullying en el colegio.
Sus padres lo encontraron colgado de una soga en el baño.
En el tarro de basura había una nota arrugada que decía “Mamá, ayúdame por favor”.

ERIC JAMES BORGES

Eric se suicidó en Enero de este año, a los 19.
Sus padres, cristianos fundamentalistas en California, lo sometieron a un exorcismo y luego lo expulsaron de la casa por ser gay.
En el colegio, fue física y verbalmente abusado durante años.
Antes de morir dejó una nota donde agradecía a sus amigos por su amor y apoyo, y a Lady Gaga por su solidaridad con la comunidad gay.

JAMES HUBLEY

James se suicidó en Octubre del 2011, a los 15 años
Su abuso en el colegio comenzó en séptimo grado, cuando sus compañeros lo hicieron tragar pilas después de enterarse de que pensaba formar parte del equipo de patinaje en hielo.
En su nota de suicidio, declaró su amor por Lady Gaga, Adele, Katy Perry y Christina Aguilera.
Luego agregó: “Estoy cansado de esta vida. Ya no la soporto. No quiero que mis padres sientan que es culpa de ellos. Amo a mi mamá y mi papá. Pero es demasiado duro. No quiero esperar tres años mas, duele demasiado”.

MATTHEW SHEPARD

Matthew Shepard fue asesinado en Octubre de 1998, a los 22 años, en Laramie, Wyoming.
Después de una noche en un bar, sus asesinos- que detestaban a los gays, según dijeron en el tribunal- le ofrecieron llevarlo a su casa. En cambio lo trasladaron a un campo vacío, lo torturaron, le robaron, y lo dejaron inconsciente amarrado a una cerca.
Un ciclista lo encontró 18 horas después.
En un principio lo confundió con un espantapájaros.
La muerte de Matthew influyó en la aprobación de la ley de “hate crimes” contra personas gay en Estados Unidos.

JASON MATTISON

Jason murió el 10 de Noviembre del 2009, a los 15 años, en un departamento en Baltimore.
Su asesino, un hombre de 37, le puso una almohada en la boca, intentó violarlo, y cuando Jason pidió auxilio, le corto el cuello con un cortaplumas.
Jason estaba viviendo con su tía, una adicta a la heroína, después de haber sido expulsado de la casa de sus padres por ser gay.

ABDELLAH TAÏA

Abdellah, un escritor marroquí de 36 años radicado en Francia, describió en las páginas de The New York Times esta semana el abuso que sufrió durante su niñez.
“Tenia apenas 12 años, y en mi barrio ya me llamaban ‘la niñita’”, cuenta. “Mi cuerpo estaba creciendo, me estaba convirtiendo en hombre, pero el resto no me veía como un hombre. Los intentos de violación y abuso se multiplicaron, y llegaron a su punto máximo una noche de verano en 1985 cuando escuché la conocida voz de los hombres borrachos.
Todos la escuchamos. Toda mi familia. Todo mi barrio. Todo el mundo.
Estos hombres, a los que conocíamos bien, gritaron “Abdellah, niña, baja a vernos. No tengas miedo. No te haremos daño. Despierta y baja. Todos te buscamos. Solo queremos tener sexo contigo”.
Mi hermano, el monarca absoluto de mi familia, no hizo nada. Todos me dieron la espalda. Todos me mataron esa noche”.

Tuesday, January 10, 2012

The end of the world and other predictions from the Pope


Hace unos días el Papa Benedicto XVI reunió a los 180 embajadores acreditados en El Vaticano para celebrar la “Noche de Predicciones 2012”, una velada de cocktails y adivinanzas que ya es tradicional en la Santa Sede todos los Enero.

Medio en Silencio, en una colaboración con Wikileaks, el departamento de Homeland Security y Anonimous, tuvo acceso exclusivo a las prediciones papales de este año y, después de un largo debate con nuestro comité editorial, hemos decidido que nuestra primera responsabilidad, más allá de instituciones o gobiernos, es con nuestros lectores y debemos hacer pública esta importante información.

Siéntese, que lo que viene no es fácil.

El mundo se acaba el 2012.

Yep. Así lo señaló el Santo Padre, que luego de poner sus dedos en sus sienes y cerrar sus ojos por unos minutos – (¡Que anillos más divinos!, susurró el embajador de Mónaco a la representante Belga observando las joyas de Su Santidad)- volvió a abrirlos y dio la terrible noticia en su primera predicción para este año.

Si, el mundo se acaba. La humanidad desaparece. Y todo por culpa de los gays, que insisten en casarse.

-¿Y el calentamiento global, Santo padre, tendrá alguna responsabilidad en todo esto?- preguntó el embajador de Brasil.

¡SHHHH!- lo hizo callar indignado el Papa. –No me desconcentre, que estoy oyendo las voces….Si, si, el calentamiento global, las injusticias financieras, el descontento generalizado, las guerras, la hambruna, el SIDA, todo eso tiene importancia, pero la verdadera responsabilidad es de los gays…

-¡Lo sabia!- exclamó el Arzobispo de Dublín pegándose una palmada en la falda- ¡Malditos Gays!

-¿Pero por qué?- insistió el embajador brasilero.

El Papa llamó a su secretario, Georg Ganswein, más conocido como “el George Clooney del Vaticano”, y le dio indicaciones al oído. El secretario abandonó la sala de audiencias por un instante y regresó minutos después con un pizarrón pequeño, un lápiz plumón y un juego de enchufes.

-Ahora- dijo Su Santidad- les voy a explicar con detalle los misterios del sexo gay. Ahí me van a entender.

-¡Ewwww!- lanzó un aullido el embajador de Paraguay- ¿Es realmente necesario?

-El conocimiento es poder. El conocimiento es divino- sentencio el Papa, que durante los próximos 45 minutos, utilizando gráficos, diagramas, dibujos, un conejito Eveready, un clip de la película “Brokeback Mountain” y dos títeres de soquete, explico a la comunidad internacional cada detalle, técnica, posición y variedad del sexo gay, sorprendiendo con su conocimiento aun a los representantes de países nefastos, como Holanda y Dinamarca.

-¡Oh,la la!- fue el único comentario se escuchó en la sala después de la presentación, lanzado con un sonoro silbido por el embajador francés.

-“…Y así”, concluyó Su Santidad, “…es como se acabará el mundo”.

-¿Así cómo?, preguntó confundido el representante de Estados Unidos, tratando de entender si lo que veía en uno de los diagramas era un cometa o una banana.

-¡Así!- le contestó ofuscado Su Santidad, dando vuelta el diagrama.

Después de un intermedio donde la sesión fue interrumpida por guardias Suizos acarreando bandejas de langosta y champagne y por una pequeña entretención a cargo de un grupo de jóvenes gimnastas brasileros, el encuentro continuó como estaba planeado.

Ahora que la mayor predicción del año- el fin del mundo- ya estaba hecha, Su Santidad se concentró en “cambios político-sociales, posesiones diabólicas, moda y cultura pop”, como venia definido en caligrafía dorada en el programa oficial.

La sala fue oscurecida y el rostro de Su Santidad quedó visible solo con la ayuda de antorchas encendidas. “!GRrrrrrrrrrr! ¡Uaaaahhhhhh!”, aulló como una bestia el Papa, y luego lanzó una serie de palabras aterradoras e ininteligibles.

A Dasmu, prikara u zun te vingeringher
Ilistrata, ilistrata, tremoreski
A dasmu, prikara
Carda Shian, Carda Shian

-¡Su santidad!, ¿Qué nos quiere informar? ¿Debemos temer por nuestro futuro?- preguntó el embajador de Chile.

Desplomándose sobre su trono, arrancando sus anillos para permitir que la presión de su sangre circulara por sus manos y deshaciéndose de sus zapatos Prada para relajar sus pies, el Papa finalmente abrió la boca y dio su predicción.

-Veo un nuevo divorcio Kardashian.

-¿Kim?- preguntó el embajador de Estados Unidos, preocupado.
-¿Kourtney?- dijo el representante de Arabia Saudita.
-No puede ser Khloe- aseguró el diplomático iraní- ¡Ella y Russell están tan enamorados!

-Es todo lo que veo- explicó el Papa-, la predicción es correcta, pero inconclusa.

Para cuando el Santo Padre y Georg abandonaron la sala de audiencias para dirigirse al dormitorio papal tres horas después, decenas de predicciones habían sido hechas y un claro mapa del futuro próximo del universo había sido definido. Entre las mas importantes se encuentran:

-Catástrofes naturales azotarán grandes partes de Norteamérica, Sudamérica y Oceanía. La temperatura del Pacifico aumentará en un centígrado y decenas de especies de la fauna marina desaparecerán antes del último día de Julio.

-Vuelve la maxi- falda.

-En Cuba, muere uno de los hermanos Castro y Fidel asiste al entierro.

-La primavera árabe da paso a una era de oscurantismo intelectual y opresión social. Las mujeres seguirán ocupando un lugar segundario en las comunidades musulmanas, aunque en Arabia Saudita, después de décadas de lucha feminista, finalmente se les permitirá manejar el control remoto del televisor sin la supervisión de un padre, hermano o marido.

-Meryl Streep gana el Oscar vestida en Armani Privé.

-Barack Obama gana la reelección en Estados Unidos con su nuevo lema, “Cambio, ahora si que sí”. Wall Street presenta ganancias record. Alec Baldwin dona el 10 por ciento de sus ingresos anuales- 10.090.020.897.000.000.00 dólares- al movimiento Occupy Wall Street.

- El príncipe William y Catherine Middleton podrían estar esperando mellizos. O no.

-El matrimonio gay se legaliza en Francia, Portugal, Chile y Colombia.

-Se acaba el mundo.

Sunday, January 8, 2012

Last night, when we were young


Ayer, hundido en las profundidades de un gigantesco “newstand” en el SoHo, descubrí en una revista de fotografía el trabajo de Andrew Brucker.

¿No lo conoce? Yo tampoco lo conocía.

Aunque ha publicado en Esquire, Interview, Visionaire y Details, entre otras revistas, Brucker ha ganado reputación, más que nada, por sus “headshots” para actores, esos retratos profesionales que cualquier aspirante a estrella necesita poner junto a su resumé cuando llega a un casting.

Con el paso del tiempo algunos de sus modelos se hicieron famosos- Chris Noth, Gary Oldman, Winona Ryder, Alec Baldwin- y volvieron a ser fotografiados muchas veces, pero ninguna de esas imágenes, para mi gusto, tiene el encanto de ese primer flash de Brucker.

Ah, la ilusión de la juventud.

Ahí están, antes del primer gran rol, de la primera portada en “Vanity Fair”, de la primera nominación al Oscar y del primer millón dólares, revelando esa curiosa mezcla de arrogancia e inseguridad, de ansiedad y ambición; la cruel dieta con que Hollywood alimenta a su juventud.

Mientras me perdía en la frescura de esas caras ahora tan famosas, recordé esta vieja canción

Last night when we were young
Love was a star, a song unsung
Life was so new, so real, so right
Ages ago last night


Kevin Spacey

Ed Norton

Chris Noth

Kate Bosworth

George Huang

Winona Ryder

Phillip Seymour Hoffman

Woody Harrelson

Mary Louise Parker

Kiefer Sutherland

Naomi Watts


Andie McDowell

Peter Gallagher

Amanda Peet

Gary Oldman

Alec Baldwin