Thursday, July 31, 2008

A Real Family


El mundo es muy raro.

A mis años nunca pensé que iba a ver a un hombre y una mujer tomados de la mano, besándose en público y acarreando un coche con dos niños en la calle.

Llámenme conservador, pero estos alardes de modernidad no son lo mío.

¿Qué me importa a mí lo que hagan en la cama? Si quieren amarse, que lo hagan.

Pero a puertas cerradas.

En mi época una pareja era una pareja; un hombre con un hombre o una mujer con una mujer, como manda el Libro Sagrado. Cualquier distorsión de esa norma natural es, obviamente, una aberración de la que sus culpables tendrán que dar cuenta a las puertas del cielo.

Es un asunto entre ellos y Dios, y yo no soy nadie para tirar la primera piedra.

Pero esta gente tienta al diablo.

Hace unos días, en una reunión amistosa entre compañeros de trabajo, cuando todos estábamos tranquilamente con nuestras parejas, un ejecutivo Jr., un hombre, apareció con la suya… una mujer, Nadie dijo nada, pero el silencio que se produjo podría haber sido cortado con una navaja.

¿Qué pretendía demostrar? ¿Que se sentía tan cómodo con su heterosexualidad que podía darnos una bofetada en la cara?

No soy heterofobico, créanme, pero ver a un hombre y una mujer dándose miraditas románticas en la mesa me quita el apetito. Es desagradable, particularmente cuando uno tiene un plato de Halibut al frente.

Pero ahí estaban, él y ella, hablando del kindergarten de sus niños, de lo difícil que era conseguir una buena niñera y de los planes que tenían de arrendar una casa en la playa, como si fueran una pareja cualquiera.

Ojalá alguien hubiera dicho algo. Pero nadie dijo nada, y todos seguimos comiendo en silencio, como si tener a una pareja heterosexual entre nosotros fuera lo mas natural del mundo,

Una vez mas debo recordarles que no soy heterofobico, pero no me gustaría tener a esta pareja como apoderados en el colegio de mis hijos.

No tengo nada en su contra. Es un asunto de sentido común.

Según las estadísticas, los heterosexuales son mas propensos que el resto de nosotros al abuso de menores, a problemas como alcoholismo, depresión y drogas..

¿Quién quiere tener a alguien así cerca de sus niños?

Según me dicen, ahora hombres y mujeres pueden casarse en Suecia, Noruega, Holanda. España y California.

Que bueno por ellos.¿Por qué no se van para allá?

Por mi parte, prefiero que nuestro país se rija por la ley natural y que la unión entre hombre y hombre y mujer y mujer siga siendo sagrada.

Que el resto haga lo que quiera, pero que no lo llamen matrimonio.

El matrimonio es una institución civil y religiosa, un contrato de amor reservado para los homosexuales. Solo nosotros podemos adoptar, heredar, formar familia y validar nuestra relación frente al resto de la sociedad.

El resto, que se pudra.

5 comments:

Unknown said...

Es buenissssimo,me dejo opppss

Max de Winter said...

clap, clap, clap

cuando se cambian los papeles y el discurso, los vicios de los otros quedan más en evidencia.

notable!

can't say more, already.

Anonymous said...

mmmm, tengo una confesión que hacerte: Todo lo que escribiste lo viví. Dos añoa atrás almorzando en Pisco Elqui, sucedío lo siguiente:
Una familia justo al lado de nuestra mesa, la de mi novio y mía, el padre de familia comienza a refunfuñar, el tema eramos los dos. Paf !! Segui con mi plato como si nada, solo y tan solo porque sus hijos le dijeron que no molestara, me sentí defendido por la nueva gente joven de nuestro país.
Saludos desde el frío norte de Chile
RR

Carola Moya said...

Suelo escuchar a muchos hablar de la promiscuidad gay, lo que me parece bastante absurdo y prejuicioso. Lo que es yo me la paso hablando de la promiscuidad de mis amigas hetero, que sólo con agenda en mano logran evitar que sus amantes descubran la rotación entre ellos. Y por otro lado suspiro con las historias románticas de mis amigos. Uno cruza el océano para ver a su novio en Londres, recordar su olor y disfrutar de un desayuno juntos en la cama. Mientras otro aplica abstinencia por el reciente rompimiento con su novio, aún despierta y lo extraña.
Podré ser hetero, pero mi relación se parece más a las relaciones homo que conozco, es honesta, fiel y sin dolores de cabeza.

Ninoska said...

notable, simplemente notable.