Monday, February 9, 2009

Dear Dearie


Blossom Dearie murió el sábado en la noche, a los 82 años, mientras dormía en su departamento del West Village en Manhattan.

Sweet dreams, Blossom.

Si no tiene idea de quién estoy hablando, corra a su I-tunes, su YouTube, o donde sea que se informe de estas cosas, y escuche su voz. Quien sabe, quizás termina enamorado igual que yo cuando la escuché por primera vez cantando “I’ll take Manhattan”, una canción que no es una canción, sino un himno romántico, nostálgico e irresistible a la ciudad.

Blossom tenia una voz pequeña y dulce, casi infantil; un tarro de miel que era fácil confundir con esas vocecitas delicadas que uno imagina en mujeres adictas al agua oxigenada, al escote pronunciado y la compañía de petroleros texanos. Pero su dulzura estuvo siempre acompañada de la nota agridulce e inteligente de la ironía, y su “look”- pelo cortado como paje, lentes ópticos, y un guardarropa que pocas veces iba mas allá de una falda a la rodilla y cardigan- tuvo nunca nada que ver con el de gatitas vampiresas como Marilyn o Betty Boop.

Hace unos años fui a verla (live! Unplugged!) en un cabaret en el “theater district” de Nueva York, “Danny’s Skylight”, un lugar pequeño y oscuro que ya no existe, donde un centenar de personas- edad promedio 60 something- disfrutaron sus Martinis y Old Fashioned mientras Blossom, bien encumbrada sobre la setetentena, sentada frente al piano y acompañada de un bajista y un percusionista, cantó sus canciones llenas de nostalgia y sarcasmo.

Al final del show se sentó en una mesita a la entrada del teatro y, como a menudo hacia en sus frecuentes apariciones en Nueva York y Londres, vendió y firmó sus propios CD’s.

Estoy lejos de ser un experto en música. Una amiga mía, que de estas cosas sabe mucho mas que yo, revisó una vez mi I-pod y comento, “660 canciones, y nada que escuchar…”.

En mi defensa debo decir que pocas cosas me emocionan mas que ciertas canciones (“Ticket to Ride” de The Carpenters funciona como una cebolla en mi hipotálamo, me hace llorar al primer acorde) , y que los momentos mas importantes de mi vida, las personas mas queridas, a menudo están atados a una melodía.

Escuchar a Karen Carpenter, Annie Lenox o, últimamente, Adele, llena de inmediato mi corazón de nostalgia y romanticismo. Y Nueva York, mi querida ciudad, estará siempre acompañada de la dulce voz de Blossom.

Por eso, gracias, dear Dearie.

3 comments:

Anonymous said...

Escucharé a Blossom.

Adele es genial.
Recuerdo cuando Benjamin Biolay, el cantante francés divorciado de Chiara Mastroianni (hija de Marcello y la Deneuve), vino a Chile y le preguntaron por la Winehouse, confesó que ya no la escuchaba, que la había cambiado por Adele. Y aunque Amy me siga gustando, vaya que no se equivocó.

Marisol said...

Qué suerte haberla visto, Manuel. Adoro "the shape of things", donde hace un ingenioso juego de metáforas entre las formas geométricas y las emociones.

Manuel Santelices said...

Si Marisol, fue una gran suerte... Tiene xanciones con letras muy ingeniosas e inteligentes. Hay una que s ellama "Rhode island" que me encanta...Aprovecho de decirte que he estado leyendo tus entrevistas en su ty blog, y me parecen estpendas. la de Julio IGlesias me sorprendio, poque pense que de es etipo ya se habia dicho todo y que la mitad de lo que se habia dicho sobraba, pero tu diste nuevas pistas sobre su personalidad y lo decsribiste muy bien.
Y Carlos, estamos completamente de acuerdo: Adele es una maravilla. la vi hace un tiempo, por primera vez, en SNL, y quede enamorado desde el primer minuto. Flechazo total...
Un abrazo a los dos y gracias, gracias, por visitar el blog.