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Wednesday, February 23, 2011
Sneak Preview: La Triste Balada de Jaime Bayly
Esta crónica no es para menores ni para débiles del corazón. Así que si usted, estimado lector, cae en una de esas dos categorías, pare inmediatamente de leer y de vuelta la página.
El resto de nosotros, personas maduras, resistentes, y como nos llama con tono paternalista la censura, de “criterio formado”, podremos acercarnos a la historia con que Jaime Bayly, el famoso escritor peruano, está escandalizando por estos días a Lima, Buenos Aires, Madrid y Miami; una epopeya de romance, traición, familia, sexo, violencia y, por supuesto, celebridad, que se ha librado en esas feroces trincheras modernas que son los tabloides televisivos, columnas de opinión, blogs y páginas de Facebook.
Todo partió con un embarazo.
La embarazada en cuestión es una joven escritora- apenas veintidós años- llamada Silvia Núñez del Arco, y el padre de este bebé, que dependiendo de su sexo se llamara Zoe o James, es Jaime Bayly, que hasta último aviso era un satisfecho bisexual que había logrado mantener un envidiable equilibrio familiar entre su ex mujer, Sandra Masías, sus dos hijas, Paola y Camilla, y su amigo durante los últimos ocho años, el escritor y periodista argentino Luis Corbacho, o, como lo llamaba Bayly en tiempos más felices, “Luisito”.
El anuncio del embarazo ocurrió en televisión, en el propio programa de entrevistas de Bayly, donde declaró que “contra todo pronostico” se había enamorado de Silvia. La escritora, con su rostro algo infantil, sus enormes ojos claros y el pelo largo y suelto, dijo entonces que si estaba ahí era para “compartir la alegría que es tener un hijo”.Y eso bastó para que Lima, que no por grande y sofisticada deja de ser algo provinciana, ardiera.
Habían pasado solo unas horas y Sandra, la dulce y comprensiva Sandra, ya se refería a Silvia como una “perra chusca’. ¿Cómo lo sabemos? Por que Bayly lo publicó en su columna del periódico Perú 21, un sitio que se ha convertido en una especie de sillón de psicoanálisis para el escritor.
"En tono airado y con los ojos desorbitados Sandra sostuvo que el bebé de Silvia no era mío”, escribió Bayly, “que yo era un cornudo, que Silvia era una promiscua que tenía sexo con otros hombres y que me había adjudicado un bebé que no era mío y que yo, tan imbécil, le había creído…Luego añadió una frase inolvidable: "¡Silvia es una perra más chusca que Nana!"".
Nana, por si no lo sabe, es la perra de Sandra.
Para ser justos, nadie parece haber actuado con absoluta madurez en esta farsa.
Ahí esta, por ejemplo, Camilla, que durante un viaje con sus mejores amigos al lago Titicaca, pagado por Bayly, no solo quemó un adorno que Silvia le había regalado a su padre, sino que publicó las fotos del sacrilegio en Facebook bajo la leyenda “quémate mierda”, lo que provocó una nueva columna del escritor titulada, quizás apropiadamente, “Señora, por favor múdense”.
Ahí Bayly no solo explicó las razones por las que pedía a su ex mujer y su hija abandonar el departamento que el consideraba ‘mi casa’, sino que hizo un frío análisis de su relación sentimental y económica con Sandra.
“Mentiría si dijera que fue un día feliz para mí”, escribió sobre su matrimonio del 22 de Marzo de 1993 en Washington D.C. “Me hallaba aturdido por el pavor. No fue el virus del amor el que me precipitó a casarme con la señora Masías. Fue la necesidad de cambiar mi condición de turista por la de residente temporal, dado que la señora Masías se hallaba embarazada de nuestra bebé, que habría de nacer en agosto de 1993. Fue, pues, una boda a la que ambos acudimos con caras de estupor, como si fuésemos al paredón de fusilamiento o a la cámara de gas”.
¿Qué podía esperarse entonces del futuro? No mucho. Y eso, no mucho, fue lo que el futuro les entregó.
En la misma columna el escritor cuenta como en su acuerdo de divorcio, firmado en 1997 en Miami, aceptó pagar 7,500 dólares mensuales para la manutención de sus hijas, una suma que según dice quedó rápidamente corta frente a las extraordinarias necesidades económicas de su ex mujer. “Creo, y no exagero, que he sido un padre en extremo generoso, y que he tratado a la señora Masías como si fuera mi hija, pues, desde que nos divorciamos, ella, para todo efecto práctico, se ha permitido la sosegada comodidad de vivir de mi dinero”, asegura el autor, “este último año, la señora Masías me dijo que, además de todos los gastos extraordinarios que yo le pagaba y las propinas de mil dólares mensuales que les daba a mis hijas y los viajes en enero y julio a Europa que le pagaba a la señora Masías y a mis hijas y los autos de lujo que le compraba a la señora, el estipendio mensual de 8,000 dólares que le otorgaba le resultaba insuficiente, puesto que ella debía pagar tres empleadas domésticas, dos choferes, un profesor de matemáticas y otros gastos. No me sorprendió en modo alguno que la señora me pidiera más dinero. Llevo años pagando las cuentas de la señora y sé que la austeridad no se cuenta entre sus virtudes”.
Si su ex mujer se convirtió en un problema, su ex pareja, Luis Corbacho, se convirtió en una pesadilla.
Divertido, ingenioso y escritor con talento, Corbacho creó un blog donde da rienda suelta a sus frustraciones. Ahí Bayly es el “loco empastillado” y su joven novia la “enana arribista” o “la enana incestuosa”.
En apenas cuatro días el sitio ya contaba con mas de diez mil visitas. Y si lo lee, entenderá las razones.
Con el delicioso tono de una juventud bien vivida, Corbacho habla de todo, de todos, y agrega un poco más. Sus semi veladas descripciones de Bayly pintan el perfecto retrato del escritor latinoamericano enamorado de sí mismo, políticamente ambicioso, torturado por su clase y religión, encadenado a los caprichos de su propia vanidad.
(Lea el resto en Cosas este 25 de Febrero)
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1 comment:
Facinante la historia , ahora parto a comprar la revista para terminar de leer la historia...
como siempre genial Manuel
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