Wednesday, October 20, 2010

It's a Bird, It's a Plane...It's a watermelon!


En un generoso gesto de ayuda a la comunidad, Medio en Silencio ofrece a continuación una brisa de aire fresco en la claustrofobia de este miércoles por la tarde.

La brisa en cuestión proviene de las alas de Anna Dello Russo, estilista, ex directora de modas de Vogue Japón, que en el último tiempo, con un atrevimiento que en dias menos civilizados le habría costado la cabeza, ha arrebatado el foco de atención de Anna Wintour como la mujer más fotografiada en la primera fila de las colecciones en Paris o Milán.

Y cuando hablamos de alas, no lo hacemos en forma lírica o poética, sino literal.

La Dello Russo, como verá usted en estas fotografías captadas por Juergen Teller para la ultima edición de la revista “W” (The Art Issue), es aficionada a las alas de pájaro, las que instala a menudo con la nobleza de un cóndor sobre sus hombros cuando sale a la calle.

Eso no es todo.

No es raro verla paseando por la vía Montenapoleone o el Faubourg St. Honore con un par de gigantescas cerezas sobre la cabeza. O una sandia. O un sombrero en forma de langosta.

Pueden ser las 10 de la mañana y ahí está ella, lista para un nuevo día, en un vestido de noche de Peter Dundas para Pucci o una enorme pollera “ballerina” de Oscar de la Renta, zapatos dorados, chaleco de piel, y las joyas más grandes y excesivas que haya encontrado en su tocador.

Pero antes de emitir cualquier juicio apresurado, escuche sus razones.

Todo tiene una explicación.

La Dello Russo ama la ropa de noche (¿quién no?), pero con tanto closet que organizar y tanto zapato por mantener- tiene un segundo departamento en su edificio en Milán que le sirve de armario- y con la energía en caída libre ahora que ya ha pasado los 40, no tiene tiempo ni ganas para visitar clubs, discoteques o asistir a galas.

¿Qué hacer, qué hacer? Hmmm…

Su solución está la vista y ha resultado ser un regalo no solo para los fotógrafos apostados a la entrada de algún desfile de modas europeo, sino para todos; especialmente para el resto de nosotros, encerrados en el mundo gris del día a día, mirando hacia el cielo a ver si algún pájaro de alas negras rompe finalmente el aburrimiento de la media tarde