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Monday, November 22, 2010
You Will be Out
José Miguel Villouta, un conocido locutor radial chileno, joven, gay, y con miles de seguidores en el país, apareció esta semana en una entrevista con la revista Paula recomendando a los jóvenes homosexuales seguir dentro del clóset.
Salir fuera de él, dijo, era “muy duro”.
Vaya usted por un momento y enciérrese en un clóset, a ver como le va.
Es un lugar estrecho, claustrofóbico y asfixiante. Si no se filtra un poco de luz puede ser además aterradoramente oscuro, un sitio donde resulta imposible reconocer siquiera la silueta de las propias manos; perfecto para esconderse y estar solo.
Pero ¿quién quiere estar escondido y solo toda la vida?
En los últimos meses ha habido en Estados Unidos una serie de trágicas noticias sobre bullying y suicidios entre adolescentes gay, un tema que cuelga como una roca pesada en mi corazón y que no había sabido hasta ahora cómo tocar.
Pues bien, Mr. Villouta me dio una buena pasada con su comentario.
Ser abiertamente gay tiene sus riesgos, sin duda.
Villouta cuenta en su entrevista cómo una familia se cambió de mesa en un restaurant para no terminar sentada junto a él y su pareja. Y aunque el episodio puede ser humillante, he escuchado historias peores.
Ahí está el abogado que vio su brillante carrera esfumarse en un huracán de comentarios y rumores en su oficina; o el estudiante que fue expulsado de su casa por esos padres que nunca más volvieron a dirigirle la palabra; o ese hombre que no pudo estar junto a su pareja en sus últimos días en el hospital, porque nadie sabia que llevaban más de una década juntos.
Si, hay historias. Más de las que me gustaría recordar.
Cuando era adolescente en el Chile de los 70’s no se usaba salir del clóset. Uno suponía que había un orden natural que determinaba que un niño o niña gay seria torturado durante sus años de colegio, viviría un semi ostracismo en la universidad, y luego, con suerte, encontraría refugio en una existencia de cómoda soledad donde todo- de cumpleaños a funerales, de grandes romances a dolorosas rupturas- seria vivido a puertas cerradas.
Como en un clóset.
En esos días no había gente gay en la radio o la televisión.
Lo más cercano era Don Francisco, el animador más importante del país, que cada Sábado arrancaba carcajadas entre los televidentes con los saltitos, quiebres de mano y aleteo de pestañas que formaban parte de su conocida imitación de un hombre “raro”.
No había nada peor que ser “raro”, y por lo mismo no eran pocos los padres que de vez en cuando, en tono de broma y advertencia, aseguraban que era mejor tener “un hijo ladrón que maricón”.
Sume a eso otras indignidades de la adolescencia- espinillas, malas notas, bromas crueles, autogoles- y usted también tendrá la tentación de correr al clóset y cerrarlo por dentro y con llave.
Pero las cosas han cambiado desde entonces.
Hoy hay muchos hombres y mujeres abiertamente homosexuales en el país, muchos de ellos- como Villouta- con una envidiable tribuna desde donde hablar al resto, especialmente a los más jóvenes y particularmente a los adolescentes gay.
No pueden olvidar- no podemos, debería decir- que alguien allá afuera está escuchando.
En Estados Unidos, de las estrellas de Modern Family al Presidente Barack Obama aparecen actualmente en “It Gets Better”, una serie de videos dedicada a los jóvenes gay con la promesa de que, no importa el infierno que estén viviendo por ahora, las cosas mejorarán en el futuro.
Es una bonita promesa. Una promesa importante. Y, mejor aun, una promesa real.
Las cosas mejoran con el tiempo, lo sé por experiencia propia.
Por eso, póngase sus lentes de sol, abra la puerta y salga a disfrutar la luz.
Y si un día se encuentra con alguien que huye de su lado porque usted es gay, como le sucedió a Villouta, despídase amablemente y deséele buena suerte. La va a necesitar. La homofobia corre siempre junto a una jauría de prejuicios, y quienes la sienten pocas veces duermen en paz. Demasiada gente rara en la calle. Demasiada diversidad.
En poco tiempo les costará encontrar un lugar donde sentirse a gusto y a salvo. Un sitio solitario y oscuro donde rumiar sus malos ratos.
¿Podemos sugerir un closet?
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3 comments:
Definitivamente NO al closet!!
Certerísimas palabras. Bravo.
No es fácil aceptarlo cuando tu pareja decide salir del clóset luego de 3 hijos y 10 años de convivencia...los burlados y sometidos a discriminación son los hijos...y tú no sabes como explicarlo porque te sientes engañada, sucia y llena de dolores...mejor que sigan en el clóset...trágense su propio dolor, y no dañen a quienes no pidieron nacer...
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