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Friday, January 8, 2010
A Hollywood Story
Casey Johnson, heredera de la fortuna farmacéutica Johnson & Johnson, creada por su tatarabuelo, murió la semana pasada en su mansión de Mullholland Drive en las colinas de Los Angeles.
La casa, informó el New York Post, era un desastre, con platos sucios por todas partes, el jardín convertido en una jungla, sin agua, sin electricidad, sin gas y con una piscina repleta de ratas.
Casey no estaba en mejores condiciones que su residencia. Según sus amigos, en el ultimo tiempo su adicción a medicamentos como OxyContin y Klotropin se había mezclado peligrosamente con otras adicciones- cocaína, ecstasy, marihuana- creando un poderoso cóctel que la tenia la mayor parte del tiempo con los pies en la tierra pero la cabeza en la luna.
La mansión era visitada a cualquier hora, a toda hora, por algunos de los personajes más siniestros de Hollywood, dice el periódico, y aunque es probable que Casey ni siquiera se haya dado cuenta de semejante desfile, su novia, Tila Tequila, servia como amable anfitriona.
Tila, una ex stripper, consiguió cierta fama- fama clase D, pero fama al fin y al cabo- como estrella de su propio reality show en MTV hace un par de años, “A Shot of Love with Tila Tequila”.
En el programa, la diminuta vampiresa- un metro cincuenta de escote coronado por una cabeza “made in” Filipinas- hizo competir a 16 hombres heterosexuales y 16 lesbianas por su afecto en pruebas que fueron desde tragar una banana sin masticar a lucha libre en jacuzzis de chocolate.
Seria fácil apostar a que ningún telespectador recuerda quién fue el ganador del show- seguro que Tila tampoco se acuerda-, pero desde entonces la entusiasta asiática ha disfrutado de una carrera que comenzó como ¿modelo? ¿actriz? ¿…? Y que terminó triunfante en Noviembre pasado apareciendo en YouTube -¿dónde mas?- junto a Casey anunciando su noviazgo oficial. “!Miren este anillo!”, dijo mirando seductoramente a la cámara, envuelta en un revelador negligé, con la multimillonaria a su lado semiconsciente, “!17 carates! ¡Uuuuuhhhh!. Soy la prometida oficial de la heredera de Johnson & Johnson!”.
Si el video suena patético es porque lo es. Desde que Bárbara Hutton, la pobre niña rica de la fortuna Woolworth, era arrastrada en brazos por su guardaespaldas mientras iba de compras en la Avenue Montaigne, el mundo no había vito a una heredera en mas trágicas circunstancias.
Hasta ahora, la causa de muerte de Casey no ha sido determinada. Pero Samantha Ronson, la DJ ex de Lindsay Lohan y cercana a la multimillonaria, puso de inmediato un post en su twitter diciendo que ya había perdido a demasiados amigos por sobredosis. “!Despierten! ¡Las drogas matan!”, advirtió.
Para la familia Johnson- una de las más ricas y prominentes de Estados Unidos- la noticia no fue exactamente una sorpresa.
Mas de un miembro del clan había comentado que seria raro que Casey viviera “mas allá de los 35”, considerando su peligroso estilo de vida.
Habría que ser ciego para no haber advertido que, en el caso de la Johnson, las cosas terminarían mal. Todo el dinero del mundo- “nunca tuve que preocuparme de cuántos pares de Manolo Blahnik compraba en una tarde’, reconoció hace un tiempo en una entrevista- no fue suficiente para darle lo que deseaba: celebridad.
Sus paseos por la alfombra roja apenas fueron documentados, lo que, visto en perspectiva, fue una suerte. Las pocas grabaciones que existen, que han sido repetidas por estos días hasta el cansancio por los tabloides televisivos americanos, la muestran trastabillándose en Louboutins y couture, el ojo izquierdo caído, el derecho más caído aun, y la lengua seca, balbuceando un idioma ininteligible a medio camino entre el inglés y la demencia.
A su lado, una mujer. Siempre una mujer.
Una mujer escotada y con los ojos brillando de ambición, como la ex modelo Jasmine Leonard- que luego la acusó de haber entrado a robar a su casa y dejado como recuerdo del asalto un vibrador usado sobre la cama-, o la hija de uno de los fundadores de Yahoo!, Courtney Semel, que hace un tiempo recibió un dramático llamado de Casey anunciándole que había tomado un puñado de pastillas y que pretendía “dormir hasta la eternidad”.
La millonaria tenia apenas 30 años al momento de su muerte. Su cadáver fue descubierto después de días por su mucama, que despertó a los vecinos esa mañana corriendo por la calle mientras gritaba “!Está muerta! ¡Está muerta!”.
Tila Tequila, que no había hablado con su “esposa”, como la llamaba, durante varias semanas, huyó al lugar donde huyen todos los famosos en apuros por estos días, Twitter, para anunciar al mundo que tenia el “corazón deshecho” y que volvería a re- encontrarse con su gran amor “en el mas allá”.
No es difícil sacar conclusiones y moralejas de esta historia. Pero de poco valen. Hollywood seguirá siendo Hollywood, a pesar de todas las advertencias.
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1 comment:
Caso triste.
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