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Wednesday, August 5, 2009
Are You Poorgeois?
Los llaman la “Poorgeoisie” y son- según “The Wall Street Journal” en Nueva York y “The Guardian” en Londres- la nueva “bourgeoisie”, una burguesía disfrazada de modestia que consume tanto o más que la tradicional pero que detesta exhibir los frutos de su riqueza. Son los “ricos anti-ricos”, como dijo el Journal, y aunque su origen aparentemente está en enclaves “poorgeois” como Brooklyn o Portland, ahora extienden sus redes por todo el planeta.
Esta no es una casta fácilmente reconocible, porque igual que sus antecesores, los “bohemios burgueses” o “BoBos”, los miembros de la pobresia no buscan impresionar a nadie que no sea uno de sus pares. Para el resto no parecen mas que un puñado de jóvenes neo-hippies en ajustados jeans, camisas leñadoras y viejos bolsos de cuero, porque ¿quién iba a saber que el bolso en cuestión fue hecho a mano en material reciclado del siglo 19 y adquirido en el ultra chic Dover Street Market de Londres por una pequeña fortuna?.
“ La ‘poorgeoisie’ es un movimiento contracultural de ricos que han adoptado un consumismo que va en contra del consumismo”, explicó “The Guardian” recientemente, “Gastan dinero con el propósito de parecer que no lo han gastado. Son personas ricas que no quieren parecerlo; sienten vergüenza de su fortuna en momentos de crisis económica”.
Así, a primera vista, los jerarcas de la casta parecen pobres mortales. A menudo se trasladan en bicicletas “vintage”, cultivan sus propias hortalizas y viven casas que, observadas desde fuera al menos, son un grito de poca pretensión.
¡Ah, pero cruce las puertas y se encontrará con otro mundo!
La mujer “poorgeois” es una diosa del minimalismo y sabe reconocer perfectamente las ventajas de cada diseño y material. Junto a su decorador- otro “poorgeois” que, con sus gastados pantalones de Rag & Bone y sus T-Shirts de Project Alabama no tiene nada que ver con el diseñador de interiores tradicional- recorre mercados de las pulgas en Londres, Paris y Buenos Aires buscando muebles y objetos que creen una atmósfera de envejecida y discreta elegancia. El ‘look” es muy industrial siglo 19, mezcla de Dickens y Proust, con cómodos sillones de cuero, lámparas de alguna antigua fábrica, picaportes de cristal y arte contemporáneo en los muros adquirido en la White Cube gallery de Londres, en Phillips & de Pury en Manhattan, o directamente en el estudio de un prometedor artista berlinés.
No seria raro que un visitante distraído pensara que en estos salones no abunda la limpieza; pero no se equivoque, porque la familia “poorgeois” mantiene el aspecto añejo y mohoso de sus residencias con la ayuda de una o dos ‘au pairs” de Ghana o Trinidad que aparte de mantener el aspecto cuidadosamente descuidado de la residencia, tienen entre sus responsabilidades exponer a los niños de la “poorgeoisie” a una muy necesaria “diversidad cultural”.
Por vocación, estética y estilo de vida, el hombre “poorgeois” luce siempre algo de pelo en su cara. Eso le da un aire rudo, varonil, alejado de toda moda o tendencia, que combina perfecto con su Vespa original de 1958 adquirida a precio astronómico en una venta de Sotheby’s en Roma.
A diferencia de la burguesía tradicional, que no pierde oportunidad de hacer alarde de sus posesiones, la nueva “pobresía” jamás habla de dinero. Le parece de mal gusto andar diciendo que pagó 40 dólares por una libra de procciutto o que el vino varietal en su mesa, tan deliciosamente decadente, proviene de su propia viña en Napa.
La educación es prioritaria para este grupo, y Harvard, Yale, Cambridge, Wharton y Oxford son terrenos que les resultan bien conocidos. Titulo en mano, sin embargo, rechazan ofertas en gigantescos bancos o empresas multinacionales, y se dedican a crear sus propias carreras en áreas “creativas” como el ‘dealership” de arte, la edición de libros alternativos, líneas de moda ecológicas, sitios de Internet o la fabricación de productos orgánicos. Solo Dios sabe cómo, estas empresas invariablemente se transforman en pequeños gigantes económicos, un “karma” que el “poorgoeis” prefiere ocultar por terror a ser considerado burgués o, pero aun, un “maldito capitalista”.
La televisión en estos círculos es considerada enemiga número uno, salvo cuando se trata de programas culturales o debates de actualidad. Solo entonces la pareja “poorgeois” se instala frente a la pantalla, ella con una taza de té de “Marriàge Frêres”, la exclusiva marca parisina, y él con una de café “Stumptown” de Oregon, el único café- recién molido por la ‘au pair’, por supuesto- que los miembros de la casta aceptan como suyo.
Cuando se trata de vida nocturna, jamás se encontrará con un “poorgeois” rogando por una mesa en el “Monkey Bar” de Nueva York o haciendo una larga cola para entrar a “Favela Chic” en París. Los lugares de moda no le interesan, y pagar una cifra de dos dígitos por un “drink” solo para estar sentado a dos mesas de Madonna le parece obsceno. En cambio, prefiere sitios como “The Wapping Project” en Londres, un espacio de arte y restaurant de ambiente definitivamente “poorgeois”, ubicado a solo pasos de la Tate Modern, donde es posible disfrutar un simple plato de pasta sin que nadie sospeche que lleva un precio de 45 dólares en el menú.
“Poorgeoises” hay en todas partes. En Nueva York no es raro encontrarse con ellos en Williamsburg, el súper ‘trendy” barrio donde estos “hipsters” viven en decaídos espacios industriales renovados a un costo de 1.5 millones de dólares, o en las tiendas de antigüedades de Atlantic Avenue, también en Brooklyn, donde una tarde shopping significa gastar 26 mil dólares en una vieja mesa de carnicero, perfecta para el escritorio.
En Londres están en Notting Hill, en el Southbank o en los alrededores de Hoxton Square. En Buenos Aires, obviamente, en Palermo SoHo. Y en Chile, donde la nueva generación de actores liderados por Benjamín Vicuña y Gonzalo Valenzuela es el perfecto ejemplo de la vibrante “poorgeoisie” de la ciudad, se concentran en viejas cuadras de Providencia, Nuñoa y La Reina.
Si quiere integrarse a esta tribu cool, comience por esconder sus vestidos de Versace y sus carteras de Prada, deshágase del Porshe y olvídese de las vacaciones en el Four Seasons de Bali. La vida simple es lo que se usa. Aunque salga mas cara.
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6 comments:
Chile????
Chile esta muyyyy lejos de eso...
Benjamín Vicuña, Gonzalo Valenzuela???? Son lejos lo más poco chic y lo más arribista que he visto en la vida...
Buen articulo, pero malos ejemplos chilenos.
Yo diria que Chile esta ya en eso. Y si, aunque los ejemplos son equivocados, si hay un numero que va en aumento de poorgeoisie,se puede notar el crecimiento, aunque silencioso, por la gran cantidad de tienditas con productos organicos carisimos. Yo sumaria la parte educacional, un Poorgeoisie enviara a sus hijos al colegio Waldorf, que es el nicho de los poorgeoisie en Chile. Ahi podemos ver a sus retoños usando chalecos tejidos a mano con lana 100% natural, pero con precio 100% alto.
aca es menos notorio porque el nicho es principalmente intelectual y por eso menos evidente.
Conozco muchos ! casi todos ex alumnos del Saint George. Donde entre gente de nivel medio y medio alto, abundan desapercibidos herederos de grandes fortunas. Sus apariencias y estilos de vida son su diafraz, pero si vas a la casa de sus padres, o revisas un poco sus apellidos o indagas la cantidad la cantidad de viajes a destinos remotos como la India que han hecho, quedan más que claros sus verdaderos colores. En Chile se da mucho en gente de izquierda con plata... la verdad abundan !
POR FAVOR:
Tu escribiste este articulo, porque lei lo mismo en la revista COSAS EDICION DE JULIO 2009, AL MENOS DIGNATE A CITAR LA FUENTE DE "TU ARTICULO", YA QUE ESTO ES UN ROBO INTELECTUAL A UN PERIODISTA ES MAS COSAS TE PUEDE DEMANDAR...
Anónimo; si hubieras hecho tu tarea, sabrías que la Revista Cosas la escribe casi entera Manuel. Son tantos los artículos de su autoría en cada edición que muchos no los firma. Así que retráctese y pida disculpas!
Hola!!!, que buen blog!!!!!, me encantooo.
Aca (en Chile) no se si alcansaste a leer un articulo que anduvo circulando, creo que en lun que hablaban de algo parecido, pero aca en Chile les llamaban los abajistas, niños ricos que se iban a tomar a la piojera o a comer al hoyo.
Saludos desde Chile!!!!
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